miércoles, 24 de diciembre de 2014

eskerrik asko

No podía terminar este año así como así. Casi a la francesa, nunca mejor dicho dado el protagonista del último partido del año. Este Atleti se merecía una despedida a lo campeón. El escenario, pese a haber sido conquistado siempre que los nuestros han pasado por el nuevo San Mamés, no era el más favorable, el primer tiempo menos. Una nula respuesta al voluntarioso e ineficaz juego bilbaíno, que les dio más que suficiente para irse ganando al descanso. No daba un puto duro por el Atleti, desde la comprensión de las bajas, del peso de los partidos, de que a veces también hay que perder, de que bastante había creído ya tantas y tantas veces, con más éxitos que fracasos de por medio. Pero este equipo estuvo una vez más por encima de mi mentalidad, y pese a la horrible indumentaria, me brindó con sidra el Gaitero una victoria que por mucho que el árbitro manchara, deja una pátina de profesionalidad incontestable. La sucesión de goles fue un momento nirvana por todo lo que se produjo en esa habitación de hostal jiennense, con mucha influencia en el resultado final, y que sorprendentemente tenía canal+ cuando apenas pensaba en ver el partido. Se hizo lo mismo que el Cholo dijo a sus jugadores en el entretiempo: terminar bien un gran año, disfrutando por el camino.

Estos 365 días de 2014 son un subconjunto de la época más guinessiana de nuestro equipo. Campeón de Liga, Campeón de Supercopa de España, subcampeón de Europa y semifinalista de Copa. Por no hablar de la pléyade de records que los futbolistas con alma de gladiadores de Simeone (y Burgos, y el Profe Ortega...) han conquistado. Sería una pérdida de tiempo sumergirme en cada uno de los logros, ya por todos sabidos, pero quiero rescatar una frase esperanzadora, máxime en los tiempos que corren, y que fue pronunciada por nuestro guía espiritual cuando se consiguió el título liguero. "Si se cree y se trabaja, se puede". Pocas veces, por no decir ninguna, he sentido tanto orgullo como con los éxitos de este año. Esa sensación tan reconfortante de saber que uno ha estado ahí en las duras, en las podridas, para estar por derecho en las maduras. Hoy no merece la pena hablar del futuro, porque el presente es demasiado grande. El equipo está en metamorfosis para seguir siendo igual de sólido, y creo que todos temíamos una suerte de caída en picado tras la temporada anterior. Ni de lejos se ha producido esa hecatombe. En octavos de Champions; en liga dominando la tercera plaza y mirando más arriba que abajo; en Copa con todo por decidir. No hay duda de que será duro, pero eso es lo que nos pone, ¿a quién le gusta lo fácil siendo del Atleti?

jueves, 18 de diciembre de 2014

Feto

El partido no ofrece ningún atractivo más allá de encontrarme sin nada mejor que hacer. Además, ver al Atleti (con su incomparable abanico de emociones) siempre es un placer, más que un deber. Es el último partido del año en el Calderón. Un partido descafeinado, pero con varios canteranos y jóvenes fichajes que quizá tuvieran algo que decir. Y sobre todo, hay otro frente (el de la afición) cuya comunión, de ahí la palabra que titula, debe germinar poco a poco. Últimamente cualquier grito aislado que se oiga en el campo me suena a música celestial. Se nota que el aficionado de a pie es consciente de que vamos a tener que remar todos juntos más que nunca, pero al igual que con algunos jugadores que fueron de la partida, todo está en estado embrionario. En lo meramente futbolero, Manyuka y su olfato de Perdiguero de Burgos reconducen un tiro desviado en la única ocasión que recuerdo de la primera mitad. Es increíble la movilidad que tiene el eslavo... no sé de dónde sacan perlas como delantero tronco, si el menda se harta de defender y cae a banda... demasiado en mi opinión. Aún así, se le ve más que a Raúl Jiménez. Así continúa el cúmulo de choques e imprecisiones, y aprovecho para otros menesteres como cortarme el pelo, diseñar un plan b para el desayuno o zanjar los últimos flecos de la expedición a tierras jiennenses. Pasa el tiempo, con el Atleti llevando la batuta pero sin ritmo ni swing. Entonces aparece una carambola para darle el empate a los catalanes. Me sigo quedando con las ganas de ver una parada del bueno de Oblak... Lo poco que le tiran y la cantidad de goles que encaja el pobre chaval. La rebelión queda rápidamente minimizada con un nuevo tanto de SuperMario. Qué remate! ¿A que no adivinan a pase de quién? Koke y Mandzukic no estarán en San Mamés, cosas como esa jugada a buen seguro que no tendremos... Posteriormente, lo más interesante es la fumada del comentarista sobre el potencial riesgo de Simeone si alineaba a cuatro jugadores del filial. Y una mierda! Golazo para volver a empatar del L'Hospi. Esta vez sin rechace pero con un efecto diabólico que le vuelve a otorgar el beneficio de la duda al esloveno Oblak, pero me temo que este partido le está haciendo un flaco favor, y recemos porque tenga personalidad y no le entre ninguna psicosis tipo Asenjo. Finalmente hace una buena intervención que quizá le restaure la confianza: de paso le salva el malrato al debutante Keita de meterse un gol en propia. Conforme pita el árbitro publico esta entrada, posiblemente la última de una año legendario, por mucha mierda de partido que nos hayamos tragado en estos dieciseisavos de Copa, este 2014 ha sido colosalmente rojiblanco.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Winter is coming

Más de año y medio ha tardado la fortaleza rojiblanca en volver a ser mancillada. Todo un orgullo de equipo, que ayer puso fin a su racha inmaculada de éxitos continuados en el Vicente Calderón. En esos 19 meses, para que se hagan una idea, el Villarreal ha bajado a segunda y ha ascendido para jugar este año en Europa League, Falcao ha pasado de ser el buque insignia colchonero a chupar banquillo en Old Trafford, yo acababa de mudarme a Málaga y hace una semana que dejé esa vivienda, y en esa penúltima derrota ante el Barcelona por 1-2, de la que no hice crónica, marcó Villa, que hace ya tiempo que se fue de nuestras filas. Se daban muchos ingredientes para que pasara lo que pasó en este último partido en casa del año. Sobre todo el ambiente enrarecido, con demasiado dióxido de carbono. El estadio, sin la coordinación del fondo sur, que lo queramos o no orquestaba la animación, tiene que encontrar aún su rumbo y homogeneizarse para ir todos a una. De todas maneras yo, que solo vi la segunda mitad, percibí buenas sensaciones. No me cabe duda de que aunque se pueda perder parte del carácter caliente de cara a jalear al equipo, el núcleo duro de aficionados colchoneros, sean de la localidad que sean, piensan como yo y animarán todo lo que puedan. Eso es más importante de lo que parece, es un factor a tener en cuenta, pero indudablemente, había enfrente un rival que nos jugó bien, y llegó mucho más entero al final. La efectividad de otras veces, que nos permitía controlar el partido tras ponernos por delante, no apareció, y nos encontramos con este patinazo sobre un hielo que anuncia fríos tiempos. El Villarreal desactivó a Arda, y cuando el turco se desmelenó en una jugada de genio, el árbitro se equivocó (ya sé que también obvió un penalty de Gabi), y anuló un tanto que celebré, rompiendo mi costumbre de esperar a estar seguro de que es válido. No aprendo... Por cierto, hablando de croata, que es uno de mis ojos derechos, me gusta su omnipresencia en el campo, pero temo que eso merme su capacidad de cara a puerta. Una pena la ocasión que marró poco después ante un resentido Asenjo, que puso su granito de arena en la victoria de su equipo. Un equipo castellonense que tuvo menos tiempo de preparación, y ahogó como nadie hasta ahora a los de Simeone. Si a eso le sumamos las peligrosas llegadas lideradas por Vietto, obtenemos el resultado final. Es sorprendente este delantero, que hasta hace poco no sabía ni quién coño era y que parece muy muy interesante. Los cambios, más ofensivos que otras veces, partieron al equipo: no se puede acertar siempre. Eso va para la gente, entre la que me incluyo, que pedimos a veces más mordiente en sacrificio de uno de los mediocentros. Se perdió como se pudo haber empatado y como tantas veces ganado. Nada que objetar a un rival que lo hizo fenomenal y que tan solo me decepcionó con las declaraciones previas de su entrenador, que como otros se subió al carro de que el Atleti "raya la ilegalidad"... lamentable, ¿pero qué va a hacer el hombre? Pues barrer para casa no te jode...

Se acerca el invierno, y los huargos del Cholo, haciendo un penoso símil con Game of Thrones, tendrán que hacer frente a numerosos peligros inmediatos. Para rematar el año queda cerrar el trámite copero (en enero viene el Mandril) y rendir visita a un feudo imponente pero en el que el año pasado dimos no uno, sino dos mandobles. El partido de San Mamés, unido a esta derrota en casa, podría dejar unas sensaciones posiblemente injustas en un año mitológico, y es ahí donde considero que hay que valorar la grandeza de este equipo, y que una derrota como esta, que escuece por lo inesperada, no ha de mermar la confianza en los nuestros. Veo al equipo con capacidad para mantener el tercer puesto, y a partir de ahí, soñar con el resto de competiciones, que serán durísimas a partir de ahora. Que cuenten con mi apoyo para la guerra. Forza Atleti, gracias por existir.

martes, 9 de diciembre de 2014

"Porque me están agarrando que si no..."

O un "¿A qué eso no me lo dices tú a mí en la calle?" también vendría bien. Porque el partido de Turín estuvo claramente sesgado por lo que ocurría a 1548 kilómetros de distancia. El Olympiacos sacaba su partido adelante con sufrimiento y, pasada la fase inicial, la Juve fue levantando el pie del acelerador hasta firmar un entente cordiale del que el Atleti salió con la cabeza muy alta. Nos quedamos con ganas de más, pero si el rival, jugando en casa y necesitando dos goles, no ataca a por todas, no vamos ser quijotes, que esto es la competición más grande del mundo. No obstante, los nuestros dejaron un poso de profesionalidad considerable, así como la sensación de que si el rival hubiera torcido el gesto, nosotros hubiéramos respondido debidamente. En un campo imponente (me encanta su atmósfera y su corto aforo) los rojiblancos, hoy enfundados en la áurea, no se arrugaron y si me apuran dispusieron de las ocasiones más claras del encuentro. Fue un partido raro, en el que se atisbaba el cerocero a eso del minuto 55. Nadie se atrevía a hablar por ser bocachancla, pero al final no hubo para más y empezó a oler a Biscotto, por no decir Panettone. Entre medias, Raúl García hizo historia, se graduó Giménez, Tiago descansó, y Arda demostró que si se pega a la izquierda con dos más, puede arder Troya. Partido raro, sin sustituciones, y en el que se cumplió el objetivo de ser líderes de grupo sin florituras ante todo un campeón del Calcio. Ahora llega una de las cosas que más me gusta aparte de ver al Atleti batirse el cobre cual coloso: el sorteo. Ya conocemos a Basel (quién te ha visto y quién te ve, Liverpool), Leverkusen (ojito la industria pesada), Arsenal (una ruleta rusa) y Shakhtar (delanteros brasileños y Srna). Cualquiera de ellos me vale para octavos, pero independientemente del oponente, algo me dice que volveremos a Turín pronto sin incidentes, y ahí seguro que los nuestros sueltan un sopapo a su debido tiempo si el rival bravucón se pasa de la raya. Hasta febrero aparcamos esta competición, en la que tengo muchas ilusiones, directamente proporcionales a la dificultad para ganarla. 



ANEXO: duelo textil
Siempre que tengo la oportunidad, menciono mi colección de camisetas. En ella, por supuesto, abundan ejemplares del Glorioso, pero también se coló una camiseta juventina, a pesar de que los bianconeri no son muy santos de mi devoción. Siento más admiración por el AC Milan, y me atrae la Roma de Totti e incluso el Napoli, por ser sureño y su mística maradoniana. Pero el caso es que un día hace años en el Nike Factory vi una camiseta dorada de la Vecchia Signora (2008/09), y sin pensar el toque cani intrínseco que albergaba, compré por menos de 30€ (no me suelo gastar más en camisetas). El ejemplar que luce a su derecha, es la archiconocida camiseta del año de la Europa League 2010, muy bella ella. Mañana tengo una entrevista de trabajo, y yo haciendo fotos a camisetas de fútbol y pensando cuándo estarán todos los rivales en el horno de octavos para hacer sorteos de mentira mientras llega el lunes. Así funciono yo...

sábado, 6 de diciembre de 2014

El Punto G

Este Atleti, cuyo técnico podría dar convenciones, charlas y llevar la voz cantante en simposios sobre cómo plantear los partidos, sumió al rival en una profunda hipnosis, y casi la extendió a sus fieles seguidores. Quizá no fuera más que la especulación llevada al paroxismo, o que el equipo no juega tan bien como dicen los que no ven más que sus goles a balón parado en las noticias. Quizá estoy exagerando, y el Elche, equipo que ojalá siga en primera por la calidad que mostró su afición en esta coyuntura y porque es un clásico, está a un nivel muy inferior al del año pasado. Aún así, el caso es que salió un partido sin sobresaltos, pragmático, y en el que los nuestros dieron la sensación de no tener que sudar estrictamente más de lo necesario para ganar con solvencia. Porque otra cosa no, pero a sobriedad, pocas veces le ganan a los del Cholo. Además de una nueva tarde en la oficina, nos llevamos una buena noticia: al paso de un becario a la nómina de la empresa. No es ni más ni menos que José María Giménez, con G, otro central con gol como su mentor Godín. Porque ese golazo de bandera no lo mete un tuercebotas. Ojalá todo salga bien con él y con Lucas Hernández, que al parecer es del agrado de Simeone pero no le he visto en acción. Casi que ha venido bien la lesión de Miranda: un gol en contra en cinco partidos con Giménez en la zaga. Un servicio militar sobresaliente. Si todo sigue su cauce, parece que su espera en el banquillo le merecerá la pena en breve, pero que conste que aquí nadie está enterrando al brasileño. Además, dos cosas buenas sobre el protagonista del partido: parece haber dejado atrás ese absurdo peinado que le daba pinta de cebolleta, y me acabo de enterar que proviene de Danubio. En este blog sabemos que de La Franja solo pueden salir cosas grandes. Su gol llegó en una vacilada que huele a Germán Burgos. Esa emboscada tocando en banda, tras el supuesto respiro que suponía para los defensores rivales el evitar un centro preciso de Koke, les dejó tan en Babia que cuando reaccionaron el nuevo uruguasho de la familia ya había percutido. Discutible fuera de juego, y ante la duda no se pita, porque aún la tengo tras ver varias imágenes de línea gorda. Lo mantengo para el Atleti o para el equipo más asqueroso del mundo. Ese tipo de offsides son imposibles de verificar, y como esos centímetros no son determinantes, prefiero que no se piten. Repito, sea para el bando que sea el beneficio. 

A partir de ahí, un erial de tiros a puerta pero la sensación de que el partido estaba totalmente controlado. El Elche solo inquietó en un extraño centro con cicuta en el que Moyá hizo su mejor parada como guardameta colchonero. En la segunda parte, cuando el equipo franjiverde parecía inquietar mínimamente, se descuidó, y ahí apareció una genial asistencia pulsando L1+ △ de Gabi. A ese balón llegó bien Manyuka, controló mal, y definió regular, pero como el gol se lleva en la sangre, pues marcó, al igual que nuestros centrales con alma de killers. 0-2. Absolutamente nada más debía de ocurrir, salvo algún cambio dosificatorio o reivindicativo. Tan solo Griezmann, que sigue jugándolo TODO aunque no sea titular, dio frescura al ataque. El otro Jiménez, el que tiene los mismos goles que el joven central que abrió la lata, no aportó nada. Cerci no estuvo, y me pregunto si soy yo el que tengo un problema en vez de él, porque llevo varias crónicas hablando del puto italiano. A ver si contra su ex-eterno rival le dan bola y calla bocas. Si no, que siga remando en galeras o que fantasee con en cuál equipo de la Serie A jugaría sin trabajar tanto como aquí. En resumen, el Atleti sigue ahí, seduciendo, masajeando, rascando, intentando llevar al clímax a su hinchada, pero aún falta mucho preliminar, aunque a mí me pone.Y así, satisfecho con lo visto por su simpleza, se despide este guarro gilipollas, con G, como no podía ser de otra manera.


jueves, 4 de diciembre de 2014

Huida hacia adelante

Apenas vi un cuarto de hora mal contado del partido, en unas condiciones casi peores que el césped artificial del terreno de juego, pero necesitaba desahogarme. Todos necesitábamos un partido rápido para pasar página tras lo ocurrido el domingo. No me han dado mucho el coñazo con el tema, pero a más de uno le he tenido que decir que yo soy del Atleti, que seré crudo pero no siento pena si alguien fallece si lo anda buscando, sea de mi equipo o no, y que a mí lo que me gusta es el fútbol. Además, en cuanto a animación se refiere, cada vez que he ido al Calderón, fuera en la zona que fuera, me he ido con la garganta bien ronca. Porque no sabemos qué pasará ahora con el ambiente en el estadio tras la supuesta eliminación del Frente Atlético, pero espero que esa magia no se resienta demasiado, ya que puede costar partidos. No obstante, me parece algo necesario las medidas que se tomen, porque se les ha ido de las manos con tanto vandalismo y, sinceramente, al igual que flipo con los tifos que se marcan y el colorido que dan, me repugnan algunos de sus cánticos. Espero que no paguen justos por pecadores, que se purgue lo que se tenga que purgar, y que esa grada siga siendo el corazón del estadio. Eso sí, que todo el mundo dé un paso al frente, nunca mejor dicho, para seguir creando una atmósfera adecuada si la cosa afloja. Es muy fácil hablar desde la lejanía, pero si alguna vez vuelvo por allí, por mí no va a quedar. 

Tras este divagar que no llevaba a ninguna parte, poco tengo que decir del partido más allá de las sensaciones que me deja el resultado y los ejecutores del mismo. Me alegro de que Cerci asumiera protagonismo, de que tuvieran minutos los menos habituales como Gámez, que dio una gran asistencia en el primer gol. Este partido era para eso, para coger confianza y/o dosificar. Gabi me comentan que estuvo muy bien, además anotó el 0-2, provocado por un Cerci que me gustó en lo poco que vi. También se produjeron otros dos goles, para mí mal anulados, en los que el mexicano pudo aligerar la presión. De todas formas aún no me parece desechable el chaval. Y de lo que sí me alegro, es del golazo del Cebosha. Un puto máquina. Hacía tiempo que no metía uno de sus cebollazos, y sin duda lo merece. Hay gente que no entiende que juegue a veces por delante del italiano, pues qué quieren, si su actitud es buena, me alegro de que tenga minutos. Los cojones ante todo. Además, que porque el tío resalte más por su pundonor que el resto no significa que no tenga clase. Se me ve el plumero claramente con el uruguayo, pero me la suda. Como nota curiosa además, los goles que le recuerdo suelen ser sobre la bocina, quizá eso muestre su capacidad de lucha hasta el final: contra el Sevilla el año pasado, o contra el Viktoria Plzen hace dos temporadas. Buena victoria en definitiva, que deja la eliminatoria sobre raíles.

Me despido no sin antes criticar, como hago todos los años, al formato tan mierder de la Copa joder... Le quitan la emoción de saber el rival, condicionan el sorteo para que a los grandes les toquen los pequeños, partidos de ida y vuelta desde el principio... Muy mal. Salvo catástrofe, a principios de enero habrá derbi en Copa, algo que sucede con mucha frecuencia los últimos años. Habrá mucha gente que diga que hay que tirar la Copa, que si no es el Madrid será el Barça, pero no creo que estemos sobrados en ninguna de las otras competiciones como para tirar nada, máxime contra el eterno rival. Yo pienso que será parecido al pasado año: Simeone irá a muerte el primer partido, y en la vuelta rotará en función del resultado de la ida. Antes hay que rematar la faena en casa, pero este 0-3 deja poco lugar a la sorpresa incluso para lo más escépticos como es mi caso. 

Forza Atleti más que nunca.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Dos no pelean si uno no quiere

Calaba hasta los huesos la sensación de que algo gordo había acaecido. El Calderón tenía más pinta de cementerio de que de caldera a presión, y no era para menos. Los grupos ultra, ya sean de ideología antifascista o neonazi, utilizan el fútbol como excusa para darse de hostias. Son muchas las imágenes que se producen cada dos por tres, hasta que pasan cosas como la de la víspera del partido. Una muerte. Sinceramente, si me dicen que el fallecido era una persona que iba con su familia tranquilamente a ver el encuentro, sentiría más vergüenza, pero tratándose como parece de una pelea acordada entre bandas, con participación de otros grupos radicales, lo único que me preocupa es las consecuencias que puede tener eso en los seguidores normales, principalmente de mi equipo, que queda señalado aún más como icono de violencia. Porque no nos engañemos, esos también representan al Atleti, ya que cuando decimos que animamos mucho sí contamos con ellos ¿verdad?, así que ahora toca bochorno. El mundo ultra, que he investigado a veces por internet, pero de cuyos entresijos no tengo ni puta idea, es un cáncer cuando desemboca en este tipo de violencia. Pero que quede claro: sea del equipo que sea. Me jode mucho pensar que por estos incidentes probablemente llamen asesinos y barbaridades así a gente que como yo comparte la pasión por mi equipo, y cuyo concepto de sangría probablemente esté más ligado a juntar letras en un blog, o a tomarse un par de vasos de buen rollo con un aficionado rival. Espero que al menos esta desgraciada muerte genere un punto de inflexión de algún tipo, al igual que el que está a punto de ocurrir en mi vida. Curiosamente anoche apliqué para una oferta de trabajo en Santiago de Compostela. Imaginándome una vida allí, obviamente me vi hablando de fútbol, diciendo a la primera oportunidad los colores a los que represento. Figúrense lo que pensaría ahora de mí la persona que oiga eso y sea lo suficientemente estúpida para meter a todos en el mismo saco. Lo dicho, una desgracia para el fútbol, que me temo no será la última. De hecho, ambos grupos protagonistas principales (Riazor Blues y Frente Atlético), ya tienen episodios sangrientos en España. Si es que ya lo digo en el título... No obstante, no dejo de pensar en las consecuencias que tendrá lo ocurrido en el buen aficionado rojiblanco, incluso en el propio equipo, ya de por sí envidiado por las altas esferas.


Dicho título también es extensible en este caso al césped, donde solo existió un equipo. En el plano estrictamente balompédico, el Atleti parecía contagiado de la atmósfera tóxica de este hecho. Era superior. Atacaba sí, pero no con la precisión de otras veces. Delante, todo hay que decirlo, un Depor que venía descaradamente a rascar un cerocero. Qué tiempos cuando el Deportivo de la Coruña era el mejor equipo de Europa... Cuando parecía que el descanso podría ser la mejor opción para aclarar ideas, llegó el gol de Saúl, que aprovecha cada titularidad para meter su golito. No es lo más importante en su demarcación, pero da muestras de su todocampismo. Es una buena noticia tener a un canterano pisando fuerte y con la confianza del Cholo. Tras el descanso, y tras tener ya más claro qué había ocurrido, no se hizo esperar el segundo gol. A Arda, hasta en un partido impreciso como éste, se le cae la clase por todos los lados y en un lance al que nos tiene poco acostumbrados, el tiro lejano, dio la sentencia a este partido tan frío. Terminó el partido entero el turco, mostrando su magia hasta cuando fallaba en el pase. Un fenómeno. Simeone tiró de Raúl Jiménez: impreciso. Y de un Cebosha que me entusiasma que juegue. Seguro que el tío se parte el pecho en cada entrenamiento. No estamos para pecho fríos que no se adapten a las exigencias, así que no veo mal sus minutos que por algo serán. Además salió Cerci, mucha velocidad y poco control, pero esperemos que no sea una causa perdida en Madrid, porque ha costado una pasta. Partido de obligado cumplimiento, tres de tres en esta ristra de partidos en casa, y ahora a relamerse pensando quién se dejará puntos en el Valencia-Barca. Y hoy más que nunca, por todo buen aficionado del equipo coruñés: "Aúpa Deportivo":


jueves, 27 de noviembre de 2014

De la alfa a la omega

Con cada vez menos sorpresa para propios y extraños el Atleti tumbó, mejor dicho no dejó salir al ring, al Olympiacos de El Pireo, que no es del todo Atenas. El actual once titular a excepción de Miranda fue el encargado de machacar a los del tocapelotas de su entrenador, que no me cae tan mal como otros de la acera de enfrente pero al que no trago, por mucho que salude al equipo al final del partido. Los comienzos que tiene este ejército cuando la situación lo requiere de verdad son admirables. Esta vez me perdí incluso un par de ocasiones antes de anclarme en el sofá. Raúl García, al que unos cuantos, incluso yo, hubieran dejado en el banco por Griezmann, abría la brecha con la inestimable colaboración del estimado Roberto. Luego, dominio absoluto, con un 2-0 que el croata no tuvo más remedio que remachar ante la ineptitud de los centrales grecos. La noticia a pesar de la fiabilidad, es que además este equipo juega muy bien, al menos a ratos.

Respecto al año pasado, el mapa de calor se ha desplazado a la banda derecha, en la que un desmelenado Arda y Juanfran acuchillan defensas. Cómo está el de Crevillente madre mía... Continuemos con las bondadosas comparaciones. Mandzukic siempre me ha agradado, a sabiendas de que no es el Kun, ni Forlán, ni Falcao, ni Vieri, ni Hasselbaink, ni Diego Costa. No es un mal delantero, ni mucho menos, pero el buen atlético sabrá lo que quiero decir. Entre otras cosas, viene en un momento de su carrera bastante tardío. Sin embargo, además de engrosar su cuenta ayer a costa de los griegos, muestra un compromiso defensivo y una actitud como muy poquitos, y que para mí le convierten en una referencia cojonuda. No lo cambio a día de hoy. Y paso de seguir comparando con el año pasado, que siempre me pasa igual. El partido continuó con el rodillo colchonero, y así llegaron el resto de goles de nuestro espigado 9. Hubo tiempo para que Raúl Jiménez tuviera sus minutos. Cada vez veo más decisiones acertadas en sus acciones, y el tiempo dirá de qué pasta está hecho. Griezmann vio cómo le anulaban extrañamente un gol, solo se me ocurre que por offside posicional del mexicano, o quizá fue por su horrible corte de pelo o como mucho por compensar el leve fuera de juego de RG8 en el primer gol. De todas formas, el francés sí parece enrolado en la causa, no tanto como Cerci. 
Lo que queda claro, máxime después de este partido, es que Simeone sabrá mejor que nadie quién se merece jugar. Aunque no niego que me gustaría ver más al italiano, sobre todo para que no se queme. Pero el problema puede que sea más simple: de momento, no tiene sitio. El Atleti actualmente tiene un bloque en el que es sumamente complejo entrar, siquiera jugar unos minutos, y si encima el solicitante de turno no está acostumbrado a machacarse a cada segundo y no asume ese rol innegociable de soldado raso, como puede que sea el caso, lo tendrá francamente difícil. Pero ese es el menor de los problemas. La clasificación está conseguida. Berlín, aún utópica, no está ni cargada en el mapa, pero el saber que al menos vamos a volver a vivir un choque de octavos de final allá por febrero, hace que a uno le baile el cuerpo. Antes habrá que exhibir galones ante toda una Juventus, más que para ser líderes de grupo, por la camiseta enfundada. Sinceramente, me da igual quedar primero o segundo, pero tengo muchas ganas de ver este apasionante duelo con más margen de pulsaciones. Recordemos cómo empezó la clasificación, y cómo se ha enderezado a base de triunfos. No valoraremos este tinglado hasta que lo perdamos. Esperemos que ese momento nunca llegue del todo.

ANEXO: El Atleti y los helenos
Antes del partido me tomé la molestia de consultar en infoatleti el devenir de los nuestros contra los equipos de Grecia. El balance no es muy halagüeño. En total se ha enfrentado a seis clubes: Panionios, OFI Creta, PAOK, Aris, Panathinaikos y Olympiacos. El Panionios, el OFI y el Aris nos eliminaron de competición europea, si bien el Aris de Salónica lo que hizo fue jodernos la fase de grupos de la Europa League 2010/11. Además, nos hicieron ostentar el dudoso honor de ser el primer equipo en perder en terreno español contra un griego en partido oficial. Sin embargo, los dos colosos del país, Panathinaikos y Olympiacos, han sucumbido ante nosotros siempre que se nos han cruzado. Un total de siete victorias, un empate y cinco derrotas de global contra el país de los filósofos.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Descabalgamiento

Cuando todo parecía de cara con el tempranero gol de Mandzukic, en una jugada bellamente simple, poco hacía suponer que el Atleti se iba a marcar un partido tan desechable. La Real, que podía haberse puesto nerviosa y vista para sentencia con ese gol inicial, tiró de intensidad para equilibrar el marcador y para minimizar por completo a los nuestros, totalmente desconocidos. Precipitación en la salida de balón, demasiadas faltas tácticas por llegar tarde y mal a la presión... Ello pudo costar más de un gol, pero el árbitro estuvo como los de Simeone, desafortunado tres de cada dos veces. Así se fue dilapidando esa ventaja, y tras la justa expulsión del desarbolado Siqueira, nos conformábamos con el empate, que ciertamente parecía factible. No obstante, llegó el premio para la Real, que no hizo gran cosa, pero lo suficiente para ser acreedora del triunfo con el tanto postrero de Aguirretxe. No hubo respuesta en ningún momento. No sé si fue exceso de confianza acentuado tras el 0-1, pero lo cierto es que los rojiblancos realizaron la fasa más larga de mal juego de la temporada. Solo Moyá, Juanfran, Godín y Arda parecían jugar a un nivel competitivo. El resto, un paso por detrás o por delante, es decir, o hipermotivados o apagados. Ambas cosas son igual de malas. El resultado fue un equipo errático y vulgar. Cuando ya había cazado a la mariposa, la machacó sin querer con las manos callosas y se quedó sin la victoria, que hubiera sido un gran golpe sobre la mesa. El único consuelo al acabar la jornada fueron los malos resultados de Valencia y Sevilla en casa. La lucha de clases vive su peor momento actualmente, pero ya estábamos preparados para ello. La situación no es mala, pero hay que empezar a concretar la idea de juego porque ya se han producido varios naufragios de este tipo. Este equipo puede generar más peligro, tampoco hablo de jogo bonito, sino de combinar un poco más. Quizá ése sea el camino a seguir. De hecho, ya lo anunció hace poco el Cholo, pero no termina de reflejarse esa transición. Ni mucho menos... El próximo partido ante un Málaga enrachado será un examen muy serio para este equipo, en el que vaya por delante que confío pese a este tropezón.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Correcalles

Tarde o temprano iba a aparecer en el blog una crónica con ese nombre. Y creo que el partido de anoche en Suecia justifica esa denominación: encuentro de ida y vuelta donde el Atleti tan solo estuvo cómodo al inicio y al final. Durante muchas fases el Malmö, lejos de limitarse a defender, se plantó en los morros del área rojiblanca. De todas formas, los apuros llegaron cuando los nuestros ya se habían puesto por delante merced a un gol que es de lo mejor que he visto últimamente en cuanto a belleza y asociatividad. Ya estarían tardando quienes nosotros sabemos en hacer recreaciones 3D del gol si hubieran sido otros los protagonistas. Golazo de Koke. Pero los bravos suecos tenían que irse arriba. No les quedaba otra... 

El descanso les sentó bien a los celestes y muy mal a los de amarillo, que habían jugado con doce la primera mitad por la absurda vestimenta del colegiado inglés (tiene cojones que fuera todo el primer tiempo con una ropa tan parecida al Atleti). Luego nos echó un cable haciéndose el lugareño en la mejor ocasión del Malmö: tiro que toca en la mano suelta de Siqueira y trancazo al palo de Rosenberg, que acabó desquiciado. Minutos de agobio... El Atleti estaba jugando con hielo y éste también quema. El equipo no me gustó nada en la segunda parte. Jugó a lo que quisieron los rubios nórdicos con coleta, pero a pesar de ello, nuestro narigón (detalle que no todos tienen saludando a la afición) remachó un balón manso para acabar con las opciones enemigas. En cuanto la golpeó Raúl sabíamos que iba a ser gol, reconozcámoslo. Ahí se firmó la amnistía de este caliente partido, que fue un filete congelado sobre aceite hirviendo. Lástima el gol anulado al Cebolla. Me jodió lo que no está escrito. La clasificación está encauzada pero sigue estando rara (como dice Simeone). Yo escribo esto en un avión que va a Zúrich, y como buen imbécil que soy, fantaseo con este mismo destino como escala a Berlín allá por junio. No quedan palos ni ná...

sábado, 1 de noviembre de 2014

Testarudos

Minuto 54, tras ir por delante en el marcador con una primera parte constante e insistente, un balón tontamente no despejado provoca un córner. El Atleti, el número uno ejecutándolos, y posiblemente también defendiéndolos, veía cómo el Córdoba igualaba un partido de obligado cumplimiento con un golazo de Ghilas (pasado de kilos y con un gran parecido a El Barrio). Con ese peso en el lomo, nunca mejor dicho, el Atleti tenía que volver a meter una marcha más, pero a cabezón no le gana nadie. Afortunadamente, este equipo responde de maravilla ante las exigencias del guion, y cortó de raíz lo que podría haberse convertido en una pesadilla antes de navidad, dadas las fechas. Eso es con lo que me quedo de este partido: la convicción y oportunismo para acallar la rebelión cordobesista. Anteriormente, vimos a un Atleti equitativamente tozudo por las bandas, con un Siqueira que cada vez me gusta más pero que tiene errores que cuestan goles (también se distrajo luego Juanfran en ese córner). Aunque se puede decir que la marcha de Filipe está cada vez mejor salvada con los dos recambios que hay para ese puesto. Hoy por ti, mañana por Ansaldi. 

Se percibe además mayor participación de la gente de dentro, pero no, no terminan de germinar todas las ocasiones que deberían. No obstante, Griezmann comienza a justificar su contratación y le van entrando los goles que al principio no querían. Los dos tantos del borgoñón fueron los que nos hicieron romper las igualadas. Por otro lado, el gol nuestro de cada día a balón parado para Mandzukic, que suma y sigue. Encima, otro gol de RG8 con la colaboración del pobre Pinillos, que también había participado desviando el tiro de Griezmann en el primer gol. En los minutos finales, se pudo comprobar que Simeone da oportunidades a quien se lo curra: otra lectura no tiene la entrada reciente en los cambios para Cristian Rodríguez. Me alegro por él, me identifico mucho con su carácter en la cancha y siempre está bien tenerle con autoestima. Fallé en mi pronóstico de que Cerci nos iba a sacar del atolladero, y también en que iban a dosificar a Koke, que soltó un larguerazo enroscado genial. Él, si cabe más que Gabi, es uno de los termostatos de este equipo, y me preocupa que se gripe con tantos partidos. De todas formas, si el año pasado se llegó tan lejos con 13 hombres y estamos empezando noviembre, es un tanto paranoide crearnos este tipo de zozobras. 

Cerca del final, llegó un tanto de esos que tanto me ponen de los nervios para darle rimel al marcador final. Quiero creer que esto no sucederá en situaciones igualadas y que ese segundo gol cordobés fue fruto de la parsimonia puntual debida al resultado. De todas formas, poco que objetar a un equipo que fue a por el partido de principio a fin y que cada jugada mordía al contrario. Enfrente estuvo un Córdoba (de infausto recuerdo los años en el infierno) que no fue ni mucho menos lo peor que ha pasado por el Calderón. Dudo que les de para mantenerse en liga de los premios de la risa, pero dieron sensación de peligro en varias contras pese a su desplome final. Además, es una gozada ver un desplazamiento masivo de aficionados de otro equipo a un Calderón que ya de por sí tiene ambientazo, y el premio sin discusión de ver a un equipo con alma de campeón. A seguir remando ambos y nos vemos en abril, ojalá que in situ dada mi cercanía con la ciudad califal.

lunes, 27 de octubre de 2014

Otro ladrillo más

 Victoria de las que a mí personalmente no más me gustan, pero sí satisfacen más; por supuesto no por el juego desarrollado, sino por la tensión e incertidumbre palpable hasta el final. A todos nos va la marcha. Y sí, el Atleti jugó con fuego cuando menos se prestaba la situación para ello, pero afortunadamente salió ileso. Tras el arreón de jornadas iniciales, se ha mantenido en ese paquete de espermatozoides que tratarán de fecundar la liga. En mi opinión, haber llegado de esta guisa hasta aquí, es de notable alto. Pero dejemos de hacer balances y mirar de reojo al futuro y volvamos a Getafe. Allí el glorioso ganó con un extra de sufrimiento, como si quisiera compensar los pocos kilómetros del desplazamiento dando opciones adicionales al rival, que usó además todas sus artes en casquería. 


Eso fue antes, durante, e incluso después del partido. Pero al inicio del mismo, se constató lo que se viene dando como norma general: este renovado Atleti no termina de plasmar en ocasiones, y por tanto en goles, su aparente dominio del juego. No termina de estar cómodo con traje y corbata, sino que sigue echando de menos el vaquero y las deportivas. Así vimos a un Arda minimizado debido a que Koke estaba jugando más atrás. A un interesante y equilibrado ataque por bandas, y a un equipo que en tres cuartos no terminaba de dar ese último toque para desequilibrar la balanza. Pero por suerte, o mejor dicho por sacrificio, trabajo y pelea, hay más recursos con los que abrir el marcador hasta afinar la maquinaria de cintura para arriba. Con uno de los múltiples córners, cuya escenografía parecía un foso con leones esperando un trozo de carne, bastó. Mandzukic remató una de esas que son las que él mete por definición. Simples, cerca del área: el eslavo del gol. Cabronazo, con tu actitud y declaraciones me tienes ganado para la causa. Un remachador en toda regla. Si alguien dice que el tanto es ilegal, le admitiré que es discutible, pero si insiste, le diré que se vaya a tomar por el culo porque tanto a Miranda como a Manyu les empiezan agarrando. Fue la tónica: constantes provocaciones, agarrones en cada córner, combos de pisotones y sobre todo, lo más lamentable: equiparar injustamente todo ello a lo que hacen los nuestros, que ni de coña son bibliotecarias, pero no son tan orcos como lo que se pretende. Del gol al final, el Atleti jugó bastante mal, ni una contra que llevarse a la boca. Para colmo, tras la justa expulsión de Alexis y la no expulsión de Juan Rodríguez de los cojones (vergüenza ambos de malagueños), se pudo incluso encajar el empate de haber ido mejor encaminadas las llegadas del Jeta. Cada vez me cae peor este equipo, sin idiosincrasia e identidad ninguna a pesar de que en su época dorada me alegré por sus éxitos más de una vez. Ahora mucho me temo que con los ramarazos que tienen en ataque y el carácter que les mete el aprendiz deficiente de Simeone que tienen por técnico se mantendrán en primera con el pito. De todas formas, ellos solo se aprovechan de la coyuntura que tilda al Atleti de violento, mientras que el año pasado era el graciosete entre el grupo de ligones hasta que se tiró a la profesora.


La fama ya está creada, y por desgracia Sabina tiene razón en lo de que "es mentira que más de 100 mentiras no digan la verdad". ¿El Valencia (que solo lo pongo de ejemplo) gana con los tres goles de córner? El equipo de Nuno trabaja muy bien la estrategia. Lo hace el Atleti y es herejía mayor. ¿El Madrid gana al Barca con un gol de penalty y otro de córner? Es puro carácter de un equipo candidato a todo. Si lo hace el Atleti, es que no juega a nada. Pero por mucho que yo me desahogue aquí, lo mejor es pasar de esos demagogos baratos, porque como dice la letra de la canción, que deberían haber clicado porque si no para qué coño creen que la he puesto, no son más que "another brick in the wall", como los que coloca este equipo cada día para intentar ganar títulos.

jueves, 23 de octubre de 2014

Cura en salud

El Atleti afiló las lanzas ante el Malmö, del que en esta casa hace unos días dimos a conocer su historia, (imperdonable no leerlo después del currele que me pegué cabrones). Sin embargo, apenas conocíamos sus dotes de juego más allá de los resultados obtenidos en las dos jornadas anteriores. El partido comenzó tan frío como el carácter que se le presupone a todo nórdico. Sus talludos centrales despejaban los córners que merodeaban su área sin despeinarse, pero poco a poco el Atleti fue encontrándose en el partido. Si bien en la primera parte, más allá de las ocasiones marradas, costó darle ritmo al juego, la segunda fue otro cantar... Neptuno le metió el tridente por el culo Thor, o quien fuera el dios de estos correctos vikingos, eso nunca está de más. Groserías aparte, el partido pareció hecho a petición de aquellos jugadores que necesitaban retomar confianza: Mandzukic, Griezmann y Cerci mayormente. Tanto el croata como el hipster franchute, arrastran bagaje compuesto de un alto despliegue físico pero negado de cara a gol. El italiano llegó bajo de forma, y encima a un equipo en el que el físico es fundamental. Aún es pronto, pero su gol va confirmando mi alocada teoría de que tiene un aire a Vieri. Tampoco se tomen al pie de la letra esto último. Por lo tanto, cada uno de estos goles fueron de esos que tanto celebra Simeone, y con razón. Todo el que ha jugado mínimamente al fútbol sabe la confianza que te da anotar un gol, máxime siendo hombres de área como estos dos grandes jugadores, que no terminan de engranar de forma óptima en esta maravilla arquitectónica de equipo. Algunos dirán que de maravilla nada, pero a esos herejes fanes del barroco les invito a que vean los tantos y jugadas de ayer, sobre todo la del primer tanto. Crema pura. El turco estuvo en su salsa de yogur con picante e hizo sus orfebrerías de rigor constantemente. Si a eso le sumamos que por la derecha entraba como un puñal Juanfrankestein, que está como un tiro, y si a esto le sumamos además, que Koke estuvo omnipresente en ataque, pues el resultado fue esta goleada, en la que pudo hasta mojar por segunda vez en una semana Mario Suárez. 


¿Y el Malmö? Fue discreto sí, pero que se lo digan a otros equipos que sufren lo indecible e incluso sucumben ante desconocidos para el gran público. El campeón sueco se limitó a buscar un balón parado favorable, y solo se llevó a cambio el gol de propina de Godín (alma de delantero), faltaría más. Por cada gol que marca el Atleti de córner, un tertuliano de prensa rosa futbolera tiene ébola. Respecto a la defensa, si Miranda y él están tan espabilados como anoche, yo me relajo. En cuanto a la repartición de minutos, lástima que Jiménez no tuviera ninguno, pero me alegro una vez más por el Cebolla, que también tiene derecho a jugar, así como Saúl, que está claro no tiene complejos y que cuenta mucho en esta plantilla. Todo fueron buenas noticias, pero ni tanto ni tan poco. Viene de maravilla este contundente triunfo aunque hay que seguir remando porque no hay nada hecho. Ya habrá tiempo de comprobar si los suecos en su campo tienen algo que decir. Yo mientras haciendo el cabrón pensando en Berlin. No tengo arreglo.

domingo, 19 de octubre de 2014

El ejército del aire

Panorama complicado, ya se sabe lo que suele pasar a la vuelta de las selecciones... Atmósfera inmejorable, donde se recordaban antes del partido el 75 aniversario de la denominación Atlético Aviación y el cuarto aniversario de la partida del gran Juan Carlos Arteche, que más pronto que tarde será homenajeado en este blog. Recordando la historia colchonera como prefacio, pasamos al partido:
Enfrente estaba ese siempre incómodo equipo, siempre entre la "ñ" y la "ny", con infinidad de jugadores con nombres y apellidos castellanos que hacen que uno no se entere quién es el bueno, el malo, el lateral o el central, pero siempre abanderados por un crack como Sergio García, ese todos sabemos quién es. Y hablando de Sergios, el técnico rival es aquel que nos terminó de amargar la final de copa del año 2000. Hay cosas que no se olvidan. Nuestro oponente se mostró correoso y peligroso en las pocas veces que se dejó ver arriba, y por poco no se adelantaron en los primeros compases. Excelente intervención del últimamente cuestionado Moyá.  Pero desde el principio me gustó el Atleti, convencido de que tarde o temprano iba a llegar el gol. Hay un filón llamado balón parado que aún tiene mineral por recoger en forma de goles. Con un sublime toque de cabeza, Tiago depositaba el balón en la portería del buen guardameta espanyolista. Gol clave para afianzar el buen trabajo del primer acto. De haber llegado igualados al descanso, hubiera sido mucho más complicado derribar el muro periquito. La paciencia es una gran virtud.

La segunda parte pareció más de lo mismo, pero sin dos de los mejores jugadores del partido. Sergio García dejaba huérfano al Espanyol por molestias, y también salía Tiago por igual motivo. Felizmente, el partido siguío donde el Atleti quería, y en esas volvió Mario Suárez con un gol debajo de los palos y con el 4 de Arteche a la espalda. Sabemos que no está bien, pero también que Simeone es especialista en revalorizar y sacar lo mejor de cada uno de sus hombres. Veremos lo que pasa en un futuro no tan lejano, pero el bajo estado de forma de Mario, sumado a la edad de Gabi y Tiago, hace que en el futuro el mediocampo rojiblanco necesite alternativas. Aunque de momento, a los viejos rockeros les queda keroseno. Nuestro capitán cumplía precisamente hoy 300 partidos en Primera. Quién se lo iba a decir cuando se fue al Getafe tras no tener éxito en su primera etapa... Subiendo de líneas, Koke y Arda notables, y reconozco que un latigazo de nerviosismo me recorrió cuando parecía que el turco se lesionaba. Arriba, liderando la Luftwaffe colchonera, me gustó la pareja de ataque RG8-Mandzukic, sobre todo el balcánico, plenamente perseguido y que aún así creó bastante peligro. Me tiene ganado el croata. De Raúl qué les voy a decir que no les haya dicho ya... Ambos encabezaron el dominio aplastante por alto del Atlético que hoy, para no variar, siguió tomando oxígeno del juego aéreo en ambos tantos. Mientras, Griezmann, cuyo papel a estas alturas poca gente hubiera asociado al de cambio de refresco, sigue en su lucha contra el gol. Por otro lado, entiendo pero me da pena la escasa presencia del Cebolla, que solo pudo jugar cinco minutos, y ya es algo, que se lo digan al grumete Giménez. Está muy caro jugar en este Atleti, lo mismo un día estás en la grada que otro tienes el jodido privilegio de ser titular o jugar unos minutejos, y eso es una noticia cojonuda si los jugadores están a lo que tienen que estar, como sucedió hoy. Con paciencia, confianza, constancia y pocos desajustes transcurrió esta nueva victoria. Importantísima, como todas. A seguir remando.


domingo, 12 de octubre de 2014

DeLorean Colchonero - El Malmö desde un prisma rojiblanco

Estamos en el único grupo de la Liga de Campeones que hace honor a este nombre (todos son vigentes campeones de liga). Ahora que llegó el momento de enfrentarnos al más pintoresco de los rivales, conozcamos un poco más de su historia. En pie y saluden al Malmö Fotbollförening (Asociación de Fútbol), Malmö FF para los amigos. Se fundó en 1910. Básicamente, surgió a partir de una escisión del IFK Malmö para fundar el que a la postre sería, con permiso del Göteborg, el mejor club sueco de fútbol. A partir de ahí, siempre habría rivalidad entre los dos equipos de la ciudad: el IFK y el Malmö FF. Los comienzos fueron duros, pero la gestión de Eric Persson, presidente desde 1937 a 1974, convirtió a un club mediocre del sur de Suecia en uno de los clubes nórdicos más potentes y famosos de la historia. Hizo que la región de  Skåne, aparte de ser conocida por dar nombre a la marca de camiones Scania, tuviera máxima relevancia en el fútbol sueco. Los éxitos fueron in crescendo, conquistando un alto número de ligas y copas, algunas curiosamente con sabor español, y por qué no, con algún que otro aroma colchonero.

Antonio Durán durante un entrenamiento
Porque de 1964 a 1971 fueron dirigidos por Antonio Durán, un español de Girona, que precisamente formó parte de la plantilla del Atlético de Madrid que ganó las ligas 49/50 y 50/51. En su etapa dirigiendo a los Himmelsblått (azul cielo), ganó 4 Allsvenskan (liga sueca) y una Svenska Cupen (copa). No deja de ser llamativa la trayectoria de este señor, que tras empezar a entrenar bastante joven estuvo siempre dirigiendo a equipos suecos. Henry Carlsson, jugador escandinavo del Atleti, tenía una asistenta compatriota suya, y ese amor que surgió hizo que un campeón de liga colchonero se marchara al frío nórdico. El tiempo le ha convertido en uno de los más exitosos técnicos de nuestro rival en Champions. Falleció en ese país en 2009. Qué grande es la historia del fútbol joder... Estoy disfrutando como un enano escribiendo esto.

Gol de Francis en la final de Munich para el Forest
En los setenta y ochenta siguieron manteniendo un nivel competitivo alto, ganando el 50% de las ligas disputadas. Roy Hogdson y Bob Houghton acapararon esta etapa. Dos técnicos británicos que consiguieron excelentes resultados. Sobre todo el actual seleccionador inglés. Roy ganó cinco de cinco Allsvenskan. Pero Houghton era el técnico que se sentaba en el banquillo cuando el Malmö consiguió su mayor gesta europea: el subcampeonato de Copa de Europa de 1979. Allí cayeron por la mínima ante aquel mítico Nottingham Forest, que al año siguiente repitió hazaña. Estoy inmerso en la lectura de un libro sobre Brian Clough, el técnico que junto a su asistente Peter Taylor llevó a lo más alto desde la Second Division a un club de provincias como el Forest (estoy deseando tener tiempo para hablar de este club también). El libro es una joya, (me propuse leerlo en inglés, y por eso aún no lo he terminado). Cuenta los entresijos de la dupla Clough-Taylor, centrándose obviamente en el primero, pero sin minusvalorar la labor global de uno de los tandems más exitosos de la historia del balompié, y que todo aficionado al fútbol de clase media debe conocer. En dicha obra, llamada "Provided you don't kiss me", el equipo sueco es definido brevemente como un rival "dreary and defence-minded" (gris y defensivo). Trevor Francis, el hombre del millón de libras, les privó con su tanto de lo que hubiera sido un éxito mayúsculo para un país con excaso éxito futbolístico en el plano de clubes. Al acabar el partido, el técnico del Nottingham, con su sabiduría de pueblo dijo:
"It wasn't a great game but they were a boring team, Malmo. In fact the Swedes are quite a boring nation. But we still won, so who cares?" (No fue un gran partido pero eran un equipo aburrido el Malmo. De hecho los suecos son una nación bastante aburrida. Pero aún así ganamos, entonces ¿qué mas da?)



Tras caer en Múnich, el fútbol sueco perdía una oportunidad de oro para destacar en el panorama europeo. Tan solo el Göteborg fue capaz de ganar dos copas de la UEFA en los ochenta, ahí es nada. Pero dejemos de alabar a otros equipos y concluyamos con nuestro atractivo rival. Porque ahí no acaba la cosa.

Luis y Ahlfeldt. ABC 12/10/66
ABC 29/09/66
Olfateando para saber qué rivales suecos había tenido el Atleti en su historia, me enteré de que en la edición de 1966/67 nos enfrentamos a ellos en Copa de Europa. Sorpresas te da la vida. Eran dieciseisavos de final. En el primer duelo, en tierras suecas, victoria con goles de Cardona y Don Luis. Resulta curioso cómo el reportero de ABC habla del silencio del público y de que echó en falta el ambiente mágico de esta competición. Si al final tenía razón Brian Clough... En la vuelta, de la cual se cumplen 48 años en el día que estoy terminando esta entrada (12 octubre), el Atlético de Madrid no tuvo problemas para rematar la eliminatoria por 3-1, con goles de nuevo de Luis, Mendonça y Urtiaga. Fue además el primer partido continental en el estadio Vicente Calderón, que había sido inaugurado tan solo diez días antes con un empate ante el Valencia, gol también de Luis precisamente. Legendario.

Bo Larsson
El Malmö es el club más laureado de Suecia. A nivel nacional es el que posee más ligas, si bien el IFK Göteborg no le va a la zaga. A pesar de que el Göteborg tiene siete ligas menos, en Suecia existe el título de Campeón de Suecia, que en diversas épocas se decidía mediante play-offs o mediante el ganador de un antiguo torneo que existió hasta 1925 como precursor de la liga sueca y que se denominó precisamente Svenska Mästerskapet (campeonato sueco). Eso iguala la estadística, ya que en este caso el Malmö tiene un entorchado menos. No obstante, son los que tienen mejores números en el plano local. Como dato adicional, nótese que en Suecia se premia hasta al cuarto clasificado con un sistema de medallas, (no me digan que no es atractivo). El ganador se lleva obviamente el oro, el 2º la gran medalla de plata, el 3º la pequeña medalla de plata y el 4º la de bronce. Gente pionera estos suecos... 
Jugadores como un tal Zlatan Ibrahimovic y Martin Dahlin debutaron aquí. Pero Bo Larsson no ha sido sepultado por la voracidad de los medios de comunicación modernos, y perdura aún como máximo goleador histórico. El ex-valencianista Stefan Schwarz también vistió de celeste en sus comienzos.

Zlatan debutó en el Malmö
En los noventa tuvieron una época árida. Y en este nuevo siglo sus éxitos han sido mucho menos numerosos, pero la última victoria en liga les ha permitido llegar, tras pasar dos eliminatorias, a la fase final de la máxima competición continental. Por vez primera jugarán la Liga de Campeones tal como la conocemos hoy. Ya hacía catorce años que una escuadra sueca no jugaba la Copa de Europa (el último fue el Helsinborg).  Veremos de primera mano cómo se las gastan este otro tipo de vikingos, y si son tan aburridos como dijo Don Brian Clough. Ya saben, para combatir al enemigo es preciso conocerlo. Al menos ya nunca más me confundiré entre el Molde noruego y el Malmö sueco. Esperemos que nuestros jugadores tampoco.

lunes, 6 de octubre de 2014

"Sé cuando pierdo y disimulo"

Esa frase del sevillano Ignacio González fue de lo primero que me vino a la mente tras el traspié rojiblanco en Mestalla. Es duro enterarte de tal manotazo en la cara a través de una simple llamada telefónica, haciendo homenaje a épocas no tan lejanas tecnológicamente hablando. Por lo tanto, no vi el partido, solo el típico resumen en el que le deseas lo peor al tío del sombrero de bet365 hasta que puedes cerrar el anuncio previo al vídeo. La vida moderna. ¿El Atleti tambaleándose del pedestal liguero y yo mientras en La Alhambra y alrededores de picos pardos? No era justo, así que tras tantas alegrías recientes, algo había que escribir. Siempre hay cosas que escribir de cada partido, aunque uno no lo vea, máxime si nos centramos en cosas tangenciales o paralelas como aquí se hace.  Porque este Atleti se empeña últimamente en tropezar cuando yo no estoy ahí para verle. Pasó en El Pireo, pasó medianamente ante el Celta, así que aquí estamos esta vez para dar la cara. Esa es la característica que define a cualquier seguidor que se haga llamar colchonero: la fidelidad.

Si algo se le atribuye, (hablo en presente), al equipo de Simeone, es la solidez: la ausencia de lagunas, de lapsus, de qué le regalo yo ahora a la mujer que no me acordé de su cumpleaños y hoy es domingo... La última vez fue en Pamplona, y felizmente todo se recompuso en forma de título de liga. Esta vez fue ante un rival que comparte objetivos, enrachado y con interesantes jugadores, luego hablamos pestes de ellos para desahogarnos. El gol de pichichi Miranda (úlcera de estómago para todo el que lo diga con segundas), con preocupante falta de entendimiento entre Moyá y el brasileño, fue el punto de inflexión que desencadenó este accidente en cadena. No sabemos qué hubiera pasado sin ese gol, pero lo más probable es que por un lado u otro se vieran las costuras, puesto que los dos goles siguientes no fueron para nada fruto del infortunio. Una tormenta de murciélagos nada más entrar en la gruta y que dejó al equipo prácticamente K.O. tras trece minutos. Nadie puede achacar nada al cansancio físico, pero existe el psicológico, ya lo he mencionado varias veces (aparte de la intensidad de los cojones). Creo que esa afección es mucho más nociva, y tras competir como jabatos ante Sevilla y Juve, se juntaban los ingredientes "perfectos" para una parada en seco contra un rival engrasado. Con lo que me quedo de bueno es con lo que me han contado que pasó después: un Atlético de Madrid que trató de revertir la situación sin dejarse ir, consiguiendo que se hable igualmente de que se tuvo un penal para ponerse a un gol antes del descanso que de los tres goles en contra iniciales. Ahí es donde toma sentido la frase que titula esto. Considerémoslo un accidente, pero pongámonos el cinturón y el casco la próxima vez. El que no se consuela es porque no quiere.

Tengo esperanza en que las piezas ofensivas terminen por entrar en la dinámica industrial simeónica (qué palabra más horrible por cierto). Quizá para cuando eso ocurra el tren de la cabeza haya zarpado, pero creo que hasta el más optimista no piensa más allá de darlo todo en el partido inmediato, y luego dios dirá. Más o menos lo que se esperaba el año pasado vamos, pero con la salvedad de que los pilares que completaban los cimientos se sustituyeron, y éstos han de cuajar para ser al menos cercanamente fiables. De todos modos nadie se acordó de Courtois, Filipe ni Diego Costa durante la semana, así que esperemos a ver cómo evoluciona un paciente quizá no muestre más que las típicas afecciones de alguien que está dando el estirón. Me preocupa el planeta en el que están Cerci y Griezmann (Grisman a ratos), el titubeo en los goles de Moyá, al cual sigo defendiendo, y así varias cosas, que no dejan de ser gajes puntuales. No sé qué coño hace pidiendo Siqueira un penalty si no es el primer lanzador, aunque admiro su valentía para querer protagonismo. En definitiva, cosas que uno pasa de largo cuando los resultados acompañan, y que resaltan en la derrota. Me gustaría poder haber visto más minutos de juego del Atleti para valorar en condiciones lo que digo, pero por suerte o por desgracia me es imposible. De todas maneras, lo que sí que no me preocupa es que el cuerpo técnico hará lo posible para que todo funcione con la sincronía de un desfile norcoreano, y la verdad me muero de curiosidad por ver cuál será este año el tope del equipo.

Parece cada vez más claro que la lucha por la Champions este año va a estar mucho más cara, y por consiguiente más apasionante. Porque enfrente había un rival que si te mete tres goles antes del primer cuarto es por algo. Tiene buena plantilla, libre de competiciones europeas. Además, su pestoso entrenador no es tonto ni dentro ni fuera del campo (¿qué cojones habla de bloqueos?), y tiró la piedra escondiendo la mano antes del partido. Él y sus jugadores aprovecharon el apetitoso escenario para seguirle el juego a la prensa, y por ello, además de por el resultado, me resultan aún más odiosos. Eso fastidia, y no tiene nada que ver para que pasaran por encima del Atleti, sino más por el desprestigio que supone para el equipo al que amo. Entiendo su actitud, porque cualquier detalle es poco para ayudar a tu equipo a ganar, pero también es comprensible la acentuación de mi desprecio por este tipo y su equipo, el cual, por cierto, tiene buena pinta y parece que va a estar bien arriba. Que el Valencia Club de Fútbol sea un gran club no es óbice para que me caigan bien (lo dice uno que se pilló un gran rebote de adolescente con las finales europeas que perdieron). Más allá del escozor de la derrota, probando nuestra propia medicina, lo bueno es que uno recapacita y cuando lee tanta mierda periodística, porque es tonto, se acaba dando cuenta de que si usan su veneno contra el Atleti, es porque vuelve a ser temido. Lo demás, paja y alfalfa. Lo que importa son los resultados, y entonces, tres goles en trece minutos hacen que esté deseando que llegue el próximo choque. Sus muertos del Valencia...

jueves, 2 de octubre de 2014

Ligarte a la estrecha buenorra

-Perdone señor, ¿sabe dónde está una mezquita que me han dicho que está por aquí cerca?
-Pues no tengo ni idea. A mano izquierda creo que hay un sitio en el que se reúnen evangelistas brasileños de esos, pero de mezquitas, no sé nada.

Como si de una premonición al desenlace final se tratara, mantuve esta conversación con un musulmán que me topé camino al partido. ¿Sabría lo que es el ardaturanismo? ¿Debería haberle dejado mi número para hacerle entrar en la verdadera fe? No, mejor no.

Salió el Atleti ante una Juve menos Juve con ese verde tan feo e impersonal. En todo caso que vistan de rosa (su color originario) o de azul (mítico en Europa). Colores con identidad, joder. Es frustrante lo de las equipaciones. Pero ¿qué les voy a contar yo? Que tengo un modelo bastante cani de la Vecchia Signora en tonos dorados. Por ahora tan solo el Levante me ha jodido la estadística de equipo que está en mi colección de camisetas y pierde. Volviendo al partido, enseguida se vio que delante había todo un hueso. Un equipo aguerrido, de los que no dan un resquicio y con jugadores top 20 a chorros. Pocas ocasiones, con un anecdótico dato de posesión y pases realizados favorable a los transalpinos. Quien se guíe por esas cifras a la hora de valorar a un equipo mal lo lleva. Tiago estuvo sublime en colocación y contundencia. Está ahora mismo en un momento dulcísimo. Un auténtico cortafuegos. Del portugués más o menos me lo espero, pero hay alguien que se merece nuevo reconocimiento: Mario Mandzukic, un tío con un par de testículos, intercambiando manotazos por doquier con defensas desquiciantes. Seguro que es un hijoputa, pero es nuestro hijoputa, los centrales le tocan los cojones bastante pero él aguanta sin perder los nervios. Para chulo nuestro batman larguirucho, que se quita la máscara al cuarto de hora dejándose la napia desprotegida ante la atonicidad de Bonucci. Lo dicho, un tío grande y guerrero, no como la maricona de Llorente. Al descanso daba la sensación de que se necesitaba un golpe de timón para superar a esos tres centrales. Éste se produjo paulatinamente. Tanto, que incluso los italianos comenzaron a llegar al área con cierta claridad. Pero una jugada de Arda por banda derecha provocó la amonestación (árbitro malísimo para ambos equipos) para Chiellini, que daría divinamente el pego como actor en pelis de romanos. Ese lance, cual partido de rugby, permitió arrinconar durante unos minutos a los juventinos, con varios corners y centros. Ya que no se podía con cates, pues a empujones.

Entonces llegó el gol. Es un tío raro este turco. Se lleva balones inverosímiles metiendo culo, es listo como nadie para romper a las defensas en esos bloqueos cerca de las esquinas, pero luego el bueno de Manyu todo el rato bajando para cubrir el hueco que dejaba en las contras... Anarquía al servicio de la magia. Porque en contraprestación apareció nuestro barbudo favorito en un centro de Juanfran (todo lo que le diga es poco) al que no llegó el propio croata, y sin saber muy bien cómo, embocó el balón bajo la mirada con ceño fruncido de todos los rojiblancos del mundo: en Estambul y en Málaga los hay fijo. Al igual que los grandes de la NBA se crecen en los play-offs, a Turan le va la Copa de Europa. No es la primera vez que el otomano consigue goles de pura raza en Champions: Milan, Oporto, Zenit, Chelsea, y ahora Juventus. Un gol de sutil casta, de huevos. Tras los peores minutos de la reanudación, nos poníamos por delante con pocas ocasiones. Cosas de equipo grande y tal. El marcador no se podía mover. A base de palos vamos aprendiendo a echar el cerrojo, pero Ansaldi, no te vayas al corner en el 84' cabrón. Este tío centra de puta madre por cierto. Luego Siqueira reforzó ese lado y forzó corners que si yo fuese un aficionado de la Juventus habría roto la tele de impotencia (el travelo de Lichsteiner casi pierde los estribos). Pero qué bien sabe cuando es uno de los tuyos el que resguarda la ventaja. En esa ensalada de laterales dobles, con Mario entrando como cemento extra, mientras los italianos metían a ochocientos delanteros y al repelente niño de papá de Morata, murió el partido como empezó: feo de cojones, plomo puro, pero con un gol más. No se cometieron errores, y he ahí el resultado. No es nada fácil crearle problemas a este tipo de equipos, y les vencimos con mentalidad férrea y de equipo ganador. No había encajado goles y contaban por victorias sus partidos. Ahora es el Atleti quien lleva tres seguidos sin recibir un gol, aunque Moyá apunto estuvo de liarla y de paso darnos una taquicardia gratuita. Se reconduce la clasificación, y ahora espera el Malmoe, al que no habrá que subestimar (le mojó la oreja a los grecos). Definitivamente estos triunfos son los que mejor saben, valorémoslo como se merece antes de la siguiente batalla.



PD: La próxima vez que cruce con un mahometano y me haga la misma pregunta, le diré que el Calderón a ratos es mezquita y hay un duende turco al que alabar. Luego lo mismo me tira un zapato a la cara...