lunes, 27 de octubre de 2014

Otro ladrillo más

 Victoria de las que a mí personalmente no más me gustan, pero sí satisfacen más; por supuesto no por el juego desarrollado, sino por la tensión e incertidumbre palpable hasta el final. A todos nos va la marcha. Y sí, el Atleti jugó con fuego cuando menos se prestaba la situación para ello, pero afortunadamente salió ileso. Tras el arreón de jornadas iniciales, se ha mantenido en ese paquete de espermatozoides que tratarán de fecundar la liga. En mi opinión, haber llegado de esta guisa hasta aquí, es de notable alto. Pero dejemos de hacer balances y mirar de reojo al futuro y volvamos a Getafe. Allí el glorioso ganó con un extra de sufrimiento, como si quisiera compensar los pocos kilómetros del desplazamiento dando opciones adicionales al rival, que usó además todas sus artes en casquería. 


Eso fue antes, durante, e incluso después del partido. Pero al inicio del mismo, se constató lo que se viene dando como norma general: este renovado Atleti no termina de plasmar en ocasiones, y por tanto en goles, su aparente dominio del juego. No termina de estar cómodo con traje y corbata, sino que sigue echando de menos el vaquero y las deportivas. Así vimos a un Arda minimizado debido a que Koke estaba jugando más atrás. A un interesante y equilibrado ataque por bandas, y a un equipo que en tres cuartos no terminaba de dar ese último toque para desequilibrar la balanza. Pero por suerte, o mejor dicho por sacrificio, trabajo y pelea, hay más recursos con los que abrir el marcador hasta afinar la maquinaria de cintura para arriba. Con uno de los múltiples córners, cuya escenografía parecía un foso con leones esperando un trozo de carne, bastó. Mandzukic remató una de esas que son las que él mete por definición. Simples, cerca del área: el eslavo del gol. Cabronazo, con tu actitud y declaraciones me tienes ganado para la causa. Un remachador en toda regla. Si alguien dice que el tanto es ilegal, le admitiré que es discutible, pero si insiste, le diré que se vaya a tomar por el culo porque tanto a Miranda como a Manyu les empiezan agarrando. Fue la tónica: constantes provocaciones, agarrones en cada córner, combos de pisotones y sobre todo, lo más lamentable: equiparar injustamente todo ello a lo que hacen los nuestros, que ni de coña son bibliotecarias, pero no son tan orcos como lo que se pretende. Del gol al final, el Atleti jugó bastante mal, ni una contra que llevarse a la boca. Para colmo, tras la justa expulsión de Alexis y la no expulsión de Juan Rodríguez de los cojones (vergüenza ambos de malagueños), se pudo incluso encajar el empate de haber ido mejor encaminadas las llegadas del Jeta. Cada vez me cae peor este equipo, sin idiosincrasia e identidad ninguna a pesar de que en su época dorada me alegré por sus éxitos más de una vez. Ahora mucho me temo que con los ramarazos que tienen en ataque y el carácter que les mete el aprendiz deficiente de Simeone que tienen por técnico se mantendrán en primera con el pito. De todas formas, ellos solo se aprovechan de la coyuntura que tilda al Atleti de violento, mientras que el año pasado era el graciosete entre el grupo de ligones hasta que se tiró a la profesora.


La fama ya está creada, y por desgracia Sabina tiene razón en lo de que "es mentira que más de 100 mentiras no digan la verdad". ¿El Valencia (que solo lo pongo de ejemplo) gana con los tres goles de córner? El equipo de Nuno trabaja muy bien la estrategia. Lo hace el Atleti y es herejía mayor. ¿El Madrid gana al Barca con un gol de penalty y otro de córner? Es puro carácter de un equipo candidato a todo. Si lo hace el Atleti, es que no juega a nada. Pero por mucho que yo me desahogue aquí, lo mejor es pasar de esos demagogos baratos, porque como dice la letra de la canción, que deberían haber clicado porque si no para qué coño creen que la he puesto, no son más que "another brick in the wall", como los que coloca este equipo cada día para intentar ganar títulos.

jueves, 23 de octubre de 2014

Cura en salud

El Atleti afiló las lanzas ante el Malmö, del que en esta casa hace unos días dimos a conocer su historia, (imperdonable no leerlo después del currele que me pegué cabrones). Sin embargo, apenas conocíamos sus dotes de juego más allá de los resultados obtenidos en las dos jornadas anteriores. El partido comenzó tan frío como el carácter que se le presupone a todo nórdico. Sus talludos centrales despejaban los córners que merodeaban su área sin despeinarse, pero poco a poco el Atleti fue encontrándose en el partido. Si bien en la primera parte, más allá de las ocasiones marradas, costó darle ritmo al juego, la segunda fue otro cantar... Neptuno le metió el tridente por el culo Thor, o quien fuera el dios de estos correctos vikingos, eso nunca está de más. Groserías aparte, el partido pareció hecho a petición de aquellos jugadores que necesitaban retomar confianza: Mandzukic, Griezmann y Cerci mayormente. Tanto el croata como el hipster franchute, arrastran bagaje compuesto de un alto despliegue físico pero negado de cara a gol. El italiano llegó bajo de forma, y encima a un equipo en el que el físico es fundamental. Aún es pronto, pero su gol va confirmando mi alocada teoría de que tiene un aire a Vieri. Tampoco se tomen al pie de la letra esto último. Por lo tanto, cada uno de estos goles fueron de esos que tanto celebra Simeone, y con razón. Todo el que ha jugado mínimamente al fútbol sabe la confianza que te da anotar un gol, máxime siendo hombres de área como estos dos grandes jugadores, que no terminan de engranar de forma óptima en esta maravilla arquitectónica de equipo. Algunos dirán que de maravilla nada, pero a esos herejes fanes del barroco les invito a que vean los tantos y jugadas de ayer, sobre todo la del primer tanto. Crema pura. El turco estuvo en su salsa de yogur con picante e hizo sus orfebrerías de rigor constantemente. Si a eso le sumamos que por la derecha entraba como un puñal Juanfrankestein, que está como un tiro, y si a esto le sumamos además, que Koke estuvo omnipresente en ataque, pues el resultado fue esta goleada, en la que pudo hasta mojar por segunda vez en una semana Mario Suárez. 


¿Y el Malmö? Fue discreto sí, pero que se lo digan a otros equipos que sufren lo indecible e incluso sucumben ante desconocidos para el gran público. El campeón sueco se limitó a buscar un balón parado favorable, y solo se llevó a cambio el gol de propina de Godín (alma de delantero), faltaría más. Por cada gol que marca el Atleti de córner, un tertuliano de prensa rosa futbolera tiene ébola. Respecto a la defensa, si Miranda y él están tan espabilados como anoche, yo me relajo. En cuanto a la repartición de minutos, lástima que Jiménez no tuviera ninguno, pero me alegro una vez más por el Cebolla, que también tiene derecho a jugar, así como Saúl, que está claro no tiene complejos y que cuenta mucho en esta plantilla. Todo fueron buenas noticias, pero ni tanto ni tan poco. Viene de maravilla este contundente triunfo aunque hay que seguir remando porque no hay nada hecho. Ya habrá tiempo de comprobar si los suecos en su campo tienen algo que decir. Yo mientras haciendo el cabrón pensando en Berlin. No tengo arreglo.

domingo, 19 de octubre de 2014

El ejército del aire

Panorama complicado, ya se sabe lo que suele pasar a la vuelta de las selecciones... Atmósfera inmejorable, donde se recordaban antes del partido el 75 aniversario de la denominación Atlético Aviación y el cuarto aniversario de la partida del gran Juan Carlos Arteche, que más pronto que tarde será homenajeado en este blog. Recordando la historia colchonera como prefacio, pasamos al partido:
Enfrente estaba ese siempre incómodo equipo, siempre entre la "ñ" y la "ny", con infinidad de jugadores con nombres y apellidos castellanos que hacen que uno no se entere quién es el bueno, el malo, el lateral o el central, pero siempre abanderados por un crack como Sergio García, ese todos sabemos quién es. Y hablando de Sergios, el técnico rival es aquel que nos terminó de amargar la final de copa del año 2000. Hay cosas que no se olvidan. Nuestro oponente se mostró correoso y peligroso en las pocas veces que se dejó ver arriba, y por poco no se adelantaron en los primeros compases. Excelente intervención del últimamente cuestionado Moyá.  Pero desde el principio me gustó el Atleti, convencido de que tarde o temprano iba a llegar el gol. Hay un filón llamado balón parado que aún tiene mineral por recoger en forma de goles. Con un sublime toque de cabeza, Tiago depositaba el balón en la portería del buen guardameta espanyolista. Gol clave para afianzar el buen trabajo del primer acto. De haber llegado igualados al descanso, hubiera sido mucho más complicado derribar el muro periquito. La paciencia es una gran virtud.

La segunda parte pareció más de lo mismo, pero sin dos de los mejores jugadores del partido. Sergio García dejaba huérfano al Espanyol por molestias, y también salía Tiago por igual motivo. Felizmente, el partido siguío donde el Atleti quería, y en esas volvió Mario Suárez con un gol debajo de los palos y con el 4 de Arteche a la espalda. Sabemos que no está bien, pero también que Simeone es especialista en revalorizar y sacar lo mejor de cada uno de sus hombres. Veremos lo que pasa en un futuro no tan lejano, pero el bajo estado de forma de Mario, sumado a la edad de Gabi y Tiago, hace que en el futuro el mediocampo rojiblanco necesite alternativas. Aunque de momento, a los viejos rockeros les queda keroseno. Nuestro capitán cumplía precisamente hoy 300 partidos en Primera. Quién se lo iba a decir cuando se fue al Getafe tras no tener éxito en su primera etapa... Subiendo de líneas, Koke y Arda notables, y reconozco que un latigazo de nerviosismo me recorrió cuando parecía que el turco se lesionaba. Arriba, liderando la Luftwaffe colchonera, me gustó la pareja de ataque RG8-Mandzukic, sobre todo el balcánico, plenamente perseguido y que aún así creó bastante peligro. Me tiene ganado el croata. De Raúl qué les voy a decir que no les haya dicho ya... Ambos encabezaron el dominio aplastante por alto del Atlético que hoy, para no variar, siguió tomando oxígeno del juego aéreo en ambos tantos. Mientras, Griezmann, cuyo papel a estas alturas poca gente hubiera asociado al de cambio de refresco, sigue en su lucha contra el gol. Por otro lado, entiendo pero me da pena la escasa presencia del Cebolla, que solo pudo jugar cinco minutos, y ya es algo, que se lo digan al grumete Giménez. Está muy caro jugar en este Atleti, lo mismo un día estás en la grada que otro tienes el jodido privilegio de ser titular o jugar unos minutejos, y eso es una noticia cojonuda si los jugadores están a lo que tienen que estar, como sucedió hoy. Con paciencia, confianza, constancia y pocos desajustes transcurrió esta nueva victoria. Importantísima, como todas. A seguir remando.


domingo, 12 de octubre de 2014

DeLorean Colchonero - El Malmö desde un prisma rojiblanco

Estamos en el único grupo de la Liga de Campeones que hace honor a este nombre (todos son vigentes campeones de liga). Ahora que llegó el momento de enfrentarnos al más pintoresco de los rivales, conozcamos un poco más de su historia. En pie y saluden al Malmö Fotbollförening (Asociación de Fútbol), Malmö FF para los amigos. Se fundó en 1910. Básicamente, surgió a partir de una escisión del IFK Malmö para fundar el que a la postre sería, con permiso del Göteborg, el mejor club sueco de fútbol. A partir de ahí, siempre habría rivalidad entre los dos equipos de la ciudad: el IFK y el Malmö FF. Los comienzos fueron duros, pero la gestión de Eric Persson, presidente desde 1937 a 1974, convirtió a un club mediocre del sur de Suecia en uno de los clubes nórdicos más potentes y famosos de la historia. Hizo que la región de  Skåne, aparte de ser conocida por dar nombre a la marca de camiones Scania, tuviera máxima relevancia en el fútbol sueco. Los éxitos fueron in crescendo, conquistando un alto número de ligas y copas, algunas curiosamente con sabor español, y por qué no, con algún que otro aroma colchonero.

Antonio Durán durante un entrenamiento
Porque de 1964 a 1971 fueron dirigidos por Antonio Durán, un español de Girona, que precisamente formó parte de la plantilla del Atlético de Madrid que ganó las ligas 49/50 y 50/51. En su etapa dirigiendo a los Himmelsblått (azul cielo), ganó 4 Allsvenskan (liga sueca) y una Svenska Cupen (copa). No deja de ser llamativa la trayectoria de este señor, que tras empezar a entrenar bastante joven estuvo siempre dirigiendo a equipos suecos. Henry Carlsson, jugador escandinavo del Atleti, tenía una asistenta compatriota suya, y ese amor que surgió hizo que un campeón de liga colchonero se marchara al frío nórdico. El tiempo le ha convertido en uno de los más exitosos técnicos de nuestro rival en Champions. Falleció en ese país en 2009. Qué grande es la historia del fútbol joder... Estoy disfrutando como un enano escribiendo esto.

Gol de Francis en la final de Munich para el Forest
En los setenta y ochenta siguieron manteniendo un nivel competitivo alto, ganando el 50% de las ligas disputadas. Roy Hogdson y Bob Houghton acapararon esta etapa. Dos técnicos británicos que consiguieron excelentes resultados. Sobre todo el actual seleccionador inglés. Roy ganó cinco de cinco Allsvenskan. Pero Houghton era el técnico que se sentaba en el banquillo cuando el Malmö consiguió su mayor gesta europea: el subcampeonato de Copa de Europa de 1979. Allí cayeron por la mínima ante aquel mítico Nottingham Forest, que al año siguiente repitió hazaña. Estoy inmerso en la lectura de un libro sobre Brian Clough, el técnico que junto a su asistente Peter Taylor llevó a lo más alto desde la Second Division a un club de provincias como el Forest (estoy deseando tener tiempo para hablar de este club también). El libro es una joya, (me propuse leerlo en inglés, y por eso aún no lo he terminado). Cuenta los entresijos de la dupla Clough-Taylor, centrándose obviamente en el primero, pero sin minusvalorar la labor global de uno de los tandems más exitosos de la historia del balompié, y que todo aficionado al fútbol de clase media debe conocer. En dicha obra, llamada "Provided you don't kiss me", el equipo sueco es definido brevemente como un rival "dreary and defence-minded" (gris y defensivo). Trevor Francis, el hombre del millón de libras, les privó con su tanto de lo que hubiera sido un éxito mayúsculo para un país con excaso éxito futbolístico en el plano de clubes. Al acabar el partido, el técnico del Nottingham, con su sabiduría de pueblo dijo:
"It wasn't a great game but they were a boring team, Malmo. In fact the Swedes are quite a boring nation. But we still won, so who cares?" (No fue un gran partido pero eran un equipo aburrido el Malmo. De hecho los suecos son una nación bastante aburrida. Pero aún así ganamos, entonces ¿qué mas da?)



Tras caer en Múnich, el fútbol sueco perdía una oportunidad de oro para destacar en el panorama europeo. Tan solo el Göteborg fue capaz de ganar dos copas de la UEFA en los ochenta, ahí es nada. Pero dejemos de alabar a otros equipos y concluyamos con nuestro atractivo rival. Porque ahí no acaba la cosa.

Luis y Ahlfeldt. ABC 12/10/66
ABC 29/09/66
Olfateando para saber qué rivales suecos había tenido el Atleti en su historia, me enteré de que en la edición de 1966/67 nos enfrentamos a ellos en Copa de Europa. Sorpresas te da la vida. Eran dieciseisavos de final. En el primer duelo, en tierras suecas, victoria con goles de Cardona y Don Luis. Resulta curioso cómo el reportero de ABC habla del silencio del público y de que echó en falta el ambiente mágico de esta competición. Si al final tenía razón Brian Clough... En la vuelta, de la cual se cumplen 48 años en el día que estoy terminando esta entrada (12 octubre), el Atlético de Madrid no tuvo problemas para rematar la eliminatoria por 3-1, con goles de nuevo de Luis, Mendonça y Urtiaga. Fue además el primer partido continental en el estadio Vicente Calderón, que había sido inaugurado tan solo diez días antes con un empate ante el Valencia, gol también de Luis precisamente. Legendario.

Bo Larsson
El Malmö es el club más laureado de Suecia. A nivel nacional es el que posee más ligas, si bien el IFK Göteborg no le va a la zaga. A pesar de que el Göteborg tiene siete ligas menos, en Suecia existe el título de Campeón de Suecia, que en diversas épocas se decidía mediante play-offs o mediante el ganador de un antiguo torneo que existió hasta 1925 como precursor de la liga sueca y que se denominó precisamente Svenska Mästerskapet (campeonato sueco). Eso iguala la estadística, ya que en este caso el Malmö tiene un entorchado menos. No obstante, son los que tienen mejores números en el plano local. Como dato adicional, nótese que en Suecia se premia hasta al cuarto clasificado con un sistema de medallas, (no me digan que no es atractivo). El ganador se lleva obviamente el oro, el 2º la gran medalla de plata, el 3º la pequeña medalla de plata y el 4º la de bronce. Gente pionera estos suecos... 
Jugadores como un tal Zlatan Ibrahimovic y Martin Dahlin debutaron aquí. Pero Bo Larsson no ha sido sepultado por la voracidad de los medios de comunicación modernos, y perdura aún como máximo goleador histórico. El ex-valencianista Stefan Schwarz también vistió de celeste en sus comienzos.

Zlatan debutó en el Malmö
En los noventa tuvieron una época árida. Y en este nuevo siglo sus éxitos han sido mucho menos numerosos, pero la última victoria en liga les ha permitido llegar, tras pasar dos eliminatorias, a la fase final de la máxima competición continental. Por vez primera jugarán la Liga de Campeones tal como la conocemos hoy. Ya hacía catorce años que una escuadra sueca no jugaba la Copa de Europa (el último fue el Helsinborg).  Veremos de primera mano cómo se las gastan este otro tipo de vikingos, y si son tan aburridos como dijo Don Brian Clough. Ya saben, para combatir al enemigo es preciso conocerlo. Al menos ya nunca más me confundiré entre el Molde noruego y el Malmö sueco. Esperemos que nuestros jugadores tampoco.

lunes, 6 de octubre de 2014

"Sé cuando pierdo y disimulo"

Esa frase del sevillano Ignacio González fue de lo primero que me vino a la mente tras el traspié rojiblanco en Mestalla. Es duro enterarte de tal manotazo en la cara a través de una simple llamada telefónica, haciendo homenaje a épocas no tan lejanas tecnológicamente hablando. Por lo tanto, no vi el partido, solo el típico resumen en el que le deseas lo peor al tío del sombrero de bet365 hasta que puedes cerrar el anuncio previo al vídeo. La vida moderna. ¿El Atleti tambaleándose del pedestal liguero y yo mientras en La Alhambra y alrededores de picos pardos? No era justo, así que tras tantas alegrías recientes, algo había que escribir. Siempre hay cosas que escribir de cada partido, aunque uno no lo vea, máxime si nos centramos en cosas tangenciales o paralelas como aquí se hace.  Porque este Atleti se empeña últimamente en tropezar cuando yo no estoy ahí para verle. Pasó en El Pireo, pasó medianamente ante el Celta, así que aquí estamos esta vez para dar la cara. Esa es la característica que define a cualquier seguidor que se haga llamar colchonero: la fidelidad.

Si algo se le atribuye, (hablo en presente), al equipo de Simeone, es la solidez: la ausencia de lagunas, de lapsus, de qué le regalo yo ahora a la mujer que no me acordé de su cumpleaños y hoy es domingo... La última vez fue en Pamplona, y felizmente todo se recompuso en forma de título de liga. Esta vez fue ante un rival que comparte objetivos, enrachado y con interesantes jugadores, luego hablamos pestes de ellos para desahogarnos. El gol de pichichi Miranda (úlcera de estómago para todo el que lo diga con segundas), con preocupante falta de entendimiento entre Moyá y el brasileño, fue el punto de inflexión que desencadenó este accidente en cadena. No sabemos qué hubiera pasado sin ese gol, pero lo más probable es que por un lado u otro se vieran las costuras, puesto que los dos goles siguientes no fueron para nada fruto del infortunio. Una tormenta de murciélagos nada más entrar en la gruta y que dejó al equipo prácticamente K.O. tras trece minutos. Nadie puede achacar nada al cansancio físico, pero existe el psicológico, ya lo he mencionado varias veces (aparte de la intensidad de los cojones). Creo que esa afección es mucho más nociva, y tras competir como jabatos ante Sevilla y Juve, se juntaban los ingredientes "perfectos" para una parada en seco contra un rival engrasado. Con lo que me quedo de bueno es con lo que me han contado que pasó después: un Atlético de Madrid que trató de revertir la situación sin dejarse ir, consiguiendo que se hable igualmente de que se tuvo un penal para ponerse a un gol antes del descanso que de los tres goles en contra iniciales. Ahí es donde toma sentido la frase que titula esto. Considerémoslo un accidente, pero pongámonos el cinturón y el casco la próxima vez. El que no se consuela es porque no quiere.

Tengo esperanza en que las piezas ofensivas terminen por entrar en la dinámica industrial simeónica (qué palabra más horrible por cierto). Quizá para cuando eso ocurra el tren de la cabeza haya zarpado, pero creo que hasta el más optimista no piensa más allá de darlo todo en el partido inmediato, y luego dios dirá. Más o menos lo que se esperaba el año pasado vamos, pero con la salvedad de que los pilares que completaban los cimientos se sustituyeron, y éstos han de cuajar para ser al menos cercanamente fiables. De todos modos nadie se acordó de Courtois, Filipe ni Diego Costa durante la semana, así que esperemos a ver cómo evoluciona un paciente quizá no muestre más que las típicas afecciones de alguien que está dando el estirón. Me preocupa el planeta en el que están Cerci y Griezmann (Grisman a ratos), el titubeo en los goles de Moyá, al cual sigo defendiendo, y así varias cosas, que no dejan de ser gajes puntuales. No sé qué coño hace pidiendo Siqueira un penalty si no es el primer lanzador, aunque admiro su valentía para querer protagonismo. En definitiva, cosas que uno pasa de largo cuando los resultados acompañan, y que resaltan en la derrota. Me gustaría poder haber visto más minutos de juego del Atleti para valorar en condiciones lo que digo, pero por suerte o por desgracia me es imposible. De todas maneras, lo que sí que no me preocupa es que el cuerpo técnico hará lo posible para que todo funcione con la sincronía de un desfile norcoreano, y la verdad me muero de curiosidad por ver cuál será este año el tope del equipo.

Parece cada vez más claro que la lucha por la Champions este año va a estar mucho más cara, y por consiguiente más apasionante. Porque enfrente había un rival que si te mete tres goles antes del primer cuarto es por algo. Tiene buena plantilla, libre de competiciones europeas. Además, su pestoso entrenador no es tonto ni dentro ni fuera del campo (¿qué cojones habla de bloqueos?), y tiró la piedra escondiendo la mano antes del partido. Él y sus jugadores aprovecharon el apetitoso escenario para seguirle el juego a la prensa, y por ello, además de por el resultado, me resultan aún más odiosos. Eso fastidia, y no tiene nada que ver para que pasaran por encima del Atleti, sino más por el desprestigio que supone para el equipo al que amo. Entiendo su actitud, porque cualquier detalle es poco para ayudar a tu equipo a ganar, pero también es comprensible la acentuación de mi desprecio por este tipo y su equipo, el cual, por cierto, tiene buena pinta y parece que va a estar bien arriba. Que el Valencia Club de Fútbol sea un gran club no es óbice para que me caigan bien (lo dice uno que se pilló un gran rebote de adolescente con las finales europeas que perdieron). Más allá del escozor de la derrota, probando nuestra propia medicina, lo bueno es que uno recapacita y cuando lee tanta mierda periodística, porque es tonto, se acaba dando cuenta de que si usan su veneno contra el Atleti, es porque vuelve a ser temido. Lo demás, paja y alfalfa. Lo que importa son los resultados, y entonces, tres goles en trece minutos hacen que esté deseando que llegue el próximo choque. Sus muertos del Valencia...

jueves, 2 de octubre de 2014

Ligarte a la estrecha buenorra

-Perdone señor, ¿sabe dónde está una mezquita que me han dicho que está por aquí cerca?
-Pues no tengo ni idea. A mano izquierda creo que hay un sitio en el que se reúnen evangelistas brasileños de esos, pero de mezquitas, no sé nada.

Como si de una premonición al desenlace final se tratara, mantuve esta conversación con un musulmán que me topé camino al partido. ¿Sabría lo que es el ardaturanismo? ¿Debería haberle dejado mi número para hacerle entrar en la verdadera fe? No, mejor no.

Salió el Atleti ante una Juve menos Juve con ese verde tan feo e impersonal. En todo caso que vistan de rosa (su color originario) o de azul (mítico en Europa). Colores con identidad, joder. Es frustrante lo de las equipaciones. Pero ¿qué les voy a contar yo? Que tengo un modelo bastante cani de la Vecchia Signora en tonos dorados. Por ahora tan solo el Levante me ha jodido la estadística de equipo que está en mi colección de camisetas y pierde. Volviendo al partido, enseguida se vio que delante había todo un hueso. Un equipo aguerrido, de los que no dan un resquicio y con jugadores top 20 a chorros. Pocas ocasiones, con un anecdótico dato de posesión y pases realizados favorable a los transalpinos. Quien se guíe por esas cifras a la hora de valorar a un equipo mal lo lleva. Tiago estuvo sublime en colocación y contundencia. Está ahora mismo en un momento dulcísimo. Un auténtico cortafuegos. Del portugués más o menos me lo espero, pero hay alguien que se merece nuevo reconocimiento: Mario Mandzukic, un tío con un par de testículos, intercambiando manotazos por doquier con defensas desquiciantes. Seguro que es un hijoputa, pero es nuestro hijoputa, los centrales le tocan los cojones bastante pero él aguanta sin perder los nervios. Para chulo nuestro batman larguirucho, que se quita la máscara al cuarto de hora dejándose la napia desprotegida ante la atonicidad de Bonucci. Lo dicho, un tío grande y guerrero, no como la maricona de Llorente. Al descanso daba la sensación de que se necesitaba un golpe de timón para superar a esos tres centrales. Éste se produjo paulatinamente. Tanto, que incluso los italianos comenzaron a llegar al área con cierta claridad. Pero una jugada de Arda por banda derecha provocó la amonestación (árbitro malísimo para ambos equipos) para Chiellini, que daría divinamente el pego como actor en pelis de romanos. Ese lance, cual partido de rugby, permitió arrinconar durante unos minutos a los juventinos, con varios corners y centros. Ya que no se podía con cates, pues a empujones.

Entonces llegó el gol. Es un tío raro este turco. Se lleva balones inverosímiles metiendo culo, es listo como nadie para romper a las defensas en esos bloqueos cerca de las esquinas, pero luego el bueno de Manyu todo el rato bajando para cubrir el hueco que dejaba en las contras... Anarquía al servicio de la magia. Porque en contraprestación apareció nuestro barbudo favorito en un centro de Juanfran (todo lo que le diga es poco) al que no llegó el propio croata, y sin saber muy bien cómo, embocó el balón bajo la mirada con ceño fruncido de todos los rojiblancos del mundo: en Estambul y en Málaga los hay fijo. Al igual que los grandes de la NBA se crecen en los play-offs, a Turan le va la Copa de Europa. No es la primera vez que el otomano consigue goles de pura raza en Champions: Milan, Oporto, Zenit, Chelsea, y ahora Juventus. Un gol de sutil casta, de huevos. Tras los peores minutos de la reanudación, nos poníamos por delante con pocas ocasiones. Cosas de equipo grande y tal. El marcador no se podía mover. A base de palos vamos aprendiendo a echar el cerrojo, pero Ansaldi, no te vayas al corner en el 84' cabrón. Este tío centra de puta madre por cierto. Luego Siqueira reforzó ese lado y forzó corners que si yo fuese un aficionado de la Juventus habría roto la tele de impotencia (el travelo de Lichsteiner casi pierde los estribos). Pero qué bien sabe cuando es uno de los tuyos el que resguarda la ventaja. En esa ensalada de laterales dobles, con Mario entrando como cemento extra, mientras los italianos metían a ochocientos delanteros y al repelente niño de papá de Morata, murió el partido como empezó: feo de cojones, plomo puro, pero con un gol más. No se cometieron errores, y he ahí el resultado. No es nada fácil crearle problemas a este tipo de equipos, y les vencimos con mentalidad férrea y de equipo ganador. No había encajado goles y contaban por victorias sus partidos. Ahora es el Atleti quien lleva tres seguidos sin recibir un gol, aunque Moyá apunto estuvo de liarla y de paso darnos una taquicardia gratuita. Se reconduce la clasificación, y ahora espera el Malmoe, al que no habrá que subestimar (le mojó la oreja a los grecos). Definitivamente estos triunfos son los que mejor saben, valorémoslo como se merece antes de la siguiente batalla.



PD: La próxima vez que cruce con un mahometano y me haga la misma pregunta, le diré que el Calderón a ratos es mezquita y hay un duende turco al que alabar. Luego lo mismo me tira un zapato a la cara...