miércoles, 25 de octubre de 2017

La falla de Elche

Una temporada más volvía la copa a nuestras vidas. Un torneo que históricamente no se nos ha dado nada mal, y que para un perfil como el del Atlético de Madrid probablemente es el trofeo más asequible. Aunque se empeñen en hacer un formato de mierda, es una competición bonita, donde tenemos ocasión de ver cómo los pequeños miran de frente a los grandes. Una pena que casi siempre se quede solo en eso. No hay más que ver cómo el premio para los pocos segunda b que pasan la dura criba es enfrentarse a uno de los primeros clasificados de liga y con la ida en casa por cojones. Como si el único propósito de jugarla fuese poder hacer caja contra algún pez gordo de primera que llegará plagado de suplentes a la cita. En este caso volvió a ser así, y el Cholo dio entrada a dos grumetes con buena pinta, sobre todo el lateral izquierdo Sergi Barjuán González, muy participativo y centrando con muy mala elche. Pintaza del chaval. Pero el que centró para gol fue Giménez, desatado sobre todo los primeros compases del partido, y que proveyó a Thomas con un gran balón que recordó al que nos enchufó el otro día el asqueroso de Luis Suárez. Jugador total Josemari, que luego se abrió la cabeza y todo. Este uruguasho... 


Las ocasiones llovían, pero la mala puntería hizo de las suyas. Otros días últimamente es que ni las creábamos aunque, por muy histórico que sea el Elche C.F., si no lo hacemos contra un segunda b... Augusto volvía (¿pero no lo iba a hacer al 100% desde agosto? y ¿acaso no hay suficiente con un rubio con peinado hortera en el equipo?) De argentino a argentino, Gaitán hizo su segundo mejor partido con el Atleti, el otro bueno había sido con nosotros como rivales y él con el Benfica. Algo parecido me temo que pasa con Vietto, que fue el goleador en una victoria del Villarreal en el Calderón y luego... luego... Es un caso curioso el de Luciano. Simeone, espero que no sea porque es compatriota suyo, le brinda minutos, pero cuando no es por una cosa es por otra: el hombre (con cara de niño) se busca la vida, pelea, tiene situaciones francas, pero NO. Si no ha marcado ya, no merece la pena ponerlo más.  Ya es más por él que por nosotros. Falló varias ocasiones clarísimas, en las que Torres, otro que anda apático, todo sea dicho, le asistió muy bien. Los franjiverdes por su parte, con un excelente central llamado Golobart y muchas perlas técnicas, aguantaron como pudieron e incluso se asomaron un par de veces por la meta de Moyá con cierto peligro. 


Con pocos minutos de la segunda parte llegó una jugada que marcó esta ida de dieciseisavos: tackle contundente de Lucas, que dejó lesionado al delantero Lolo Plá. La verdad que me cuesta decantarme sobre si es penal o no, pero está claro que la defensa en pleno se confía en la jugada. Antes de retirarse, el chaval empató desde los once metros. A partir de ahí el Elche, contra todo pronóstico, se volcó en el mediocampo del Atleti, que no obstante falló dos claras ocasiones más a cargo del susodicho, que insisto, le deseo lo mejor, pero basta ya joder, para eso que juegue un canterano. Total, que poco a poco el equipo se diluyó, y el empate estaba cantado desde el minuto sesentipico, que fue cuando me puse a escribir esta mierda porque si no siempre me entra sueño y al final paso. Nos hemos complicado la vida, aunque es un buen resultado no nos podemos confiar del todo y por tanto no se podrá dosificar en la vuelta, que no quiero un albacetazo. Una pena, porque por momentos se jugó muy bien. Y que sí, que ya lo sé, que el Elche está en segunda b, pero viniendo de los dos partidos de mierda en Bakú y en Vigo no sienta tan mal este desliz copero. Con el manido "No hay tiempo para más" del comentarista también acaba mi escritura, no sin antes decir que el escudo del Elche tiene una figura que siempre pensé que era un niño escribiendo, cuando en realidad es una mujer con una palma. Que Saúl es de allí ya lo sabía, vaya coñazo que han dado, incluso más que el formato actual de copa.

jueves, 19 de octubre de 2017

Blasfemias

Pocas veces me he sentido tan frustrado con un partido del Atleti de la forma que ocurrió en la infame noche azerí que nos ha dejado al borde de la eliminación. Esa frustración además, era de alto nivel (Champions) pero con las mismas sensaciones de la época rojiblanca más negra (Ferrandos y Luccines). El hecho de estar tan bien acostumbrados, con algún perdonable lunar de vez en cuando, hacía que esa sensación se duplicara, y de paso abriera las puertas a un temor horrendo: estar seriamente complicada la presencia en octavos de final de una competición con la que estamos obsesionados.

El equipo, más allá de no haber perdido y seguir vivo en liga y copas tiene problemas. Hay jugadores que tendrían que rendir mucho más y pasan absolutamente desapercibidos, con el agravante de tener un par de recambios en aislamiento hasta enero. Además, casi siempre no se juega nada bien. Son muchos los partidos últimamente en los que el Atleti es irreconocible respecto al original simeoniano.

Volviendo al partido, quizá lo que más me jodió fue el hecho de que me olía ese desenlace desde antes. El escenario me recordaba al cerocerazo de Astana de hace dos años. Madrugué para poder ver más parte del partido en casa, pero la lluvia mañanera fastidió mi jugada. Oyendo a Kiko y Gustavo López de camino a casa todo auguraba un mal resultado. La poca mierda que vi al llegar, con más peligro azerbayano en contras alocadas que madrileño con cholocambios incluidos fue el colmo. Encima sumémosle la desgana de Carrasco al ser cambiado... que sí, que siempre te cambian macho, pero pega una carrerita para irte cojones.
Finalmente se consumó el ridículo. Y maldije el resultado, la actitud del equipo e incluso, pecador de mí, negué al Cholo.

El resultado de Stamford Brigde un par de horas después no hacía más que confundirme más. Pasé doble mala noche: el niño echando las muelas y luego yo haciendo cábalas sobre pasar de ronda con medio cerebro descargado.
Por suerte, esta mañana vi la luz, aunque ha llovido de nuevo. Aparte de que aún dependemos de nosotros, de que el panorama no es tan negro sobre todo si la Roma no le gana al Chelsea, lo mejor fue leer la rueda de prensa de Diego Pablo. Él cree, y si él cree, aunque te haya negado yo te creo setenta veces siete Cholo. No volveré a flaquear. Hay que ser consciente de nuestra inherente grandeza, pero no olvidar ni por un segundo de dónde veníamos y dónde estamos ahora. Adonde vayamos no sé donde será, pero la parada de Kiev quiero tenerla al menos hasta febrero en la mente. Pongo el modo partido-a-partido en On y a por el próximo (ojalá que con otra actitud al menos).

jueves, 5 de octubre de 2017

Caballos en el exilio

Se ha convertido en tradición que nos toque un rival de Europa del Este, pero del este de cojones. No Rumanía y esas mariconadas. Más allá, donde uno no sabe si está en Europa o Asia y se cura en salud diciendo Eurasia. Sirvan como ejemplos previos el Astana o el Rostov. Además, como anécdota increíble en relación a la noticia, he de decir que vaticiné satisfactoriamente este emparejamiento en el sorteo de la Champions. Una rareza como el equipo que hoy nos ocupa, no podía escapárseme para ser protagonista por aquí. Así que con ustedes, ni más ni menos que el Qarabağ FK, fundado en 1951. El primer representante azerbayano en la fase de grupos de la Champions, aparte de ser el segundo club más laureado del caucásico país de Azerbaiyán (Land Of Fire, lo sabemos bien), tiene una peculiar historia mezclada con la guerra, que trataremos de repasar sin cometer ningún desliz. 

Cuando uno delimita las fronteras con el nabo, es decir, pensando en el interés político/económico del mandamás, suelen pasar cosas como la que cruza de lleno la historia del Qarabağ de Agdam. Armenia y Azerbaiyán son países vecinos, uno cristiano el otro musulmán, y el tío Stalin, allá por 1922, los dividió de forma que una zona intermedia, llamada Nagorno Karabaj, históricamente armenia, y de mayoría poblacional armenia, cayó del lado azerí. Se comenta que fue para congraciarse con los otomanos, de los que Azerbaiyán es aliado. Todo esto es algo muy condensado tras haber leído bastante sobre el conflicto. Esta disputa sin solución en pleno Cáucaso ya venía de finales de la I Guerra Mundial, pero con la aparición de la URSS y su fagocitación de repúblicas satélites, se relajó la cosa. Con los primeros síntomas de desvanecimiento de la Unión Soviética, aquello fue in crescendo, y estalló un conflicto que duró de 1988 hasta 1994, y cuyas heridas aún no se han curado. 

Cada uno le echa la culpa al otro, pero lo cierto es que en plena dinámica de declaración de independencias, la mayoría armenia se hizo fuerte en terreno azerbayano, mientras estos últimos realizaron varios levantamientos anti-armenios en otros lugares del país como respuesta a los rumores de celebración de referendums en la zona, además de quitarle autonomía a la región en disputa. La guerra, mientras los Balcanes ocupaban toda la pantalla internacional, terminó con la ocupación armenia de la zona suroeste de Azerbaiyán, Nagorno-Karabaj incluido, y la huida de miles de personas azeríes de su propio país a una zona más segura, lejos de la reconquista armenia. Entretanto, la región declaró su independencia bajo el nombre de República de Nagorno-Karabaj a finales de 1991. No hay más que ver las banderas de Armenia y esta república, no reconocida por la comunidad internacional, para constatar los claros vínculos entre ellas, ya que ese territorio es considerado una región histórica por los armenios. El Qarabağ de Agdam, ciudad que se encontraba en la zona afectada, logró hacerse con dos ligas azerbayanas a finales de los 80, cuando ésta aún era un torneo regional de la URSS. Posteriormente, logró una hazaña mayor: en el punto álgido de la guerra, consiguió un doblete histórico, quizá a modo de homenaje y despedida a la ciudad, que llegó a albergar más de cincuenta mil habitantes y que en ese mismo 1993 quedó reducida a escombros mientras supoblación huía hacia el este. He aquí un vídeo del último partido que se disputó en el hoy en ruinas (como el resto de Agdam) estadio Imarat, en las semifinales de copa de ese año 93. 


Afortunadamente nadie me pide estar de un lado o de otro ¿cómo estarlo al 100%? Yo lo que sé es que al final siempre pagan los mismos: el pueblo llano. Mucha gente aún se siente refugiada, y aun viviendo en condiciones aceptables, se desespera por no poder volver a pisar lo que un día fue su hogar. Fue el destino de Agdam y de otras localidades de esa franja que hoy en día, y desde que 'acabó' el conflicto, sirve de colchón entre la vida armenia y la azerí. ¿Dónde dejó esta pelea al Qarabağ FK? Poca broma es decir que perdieron a su entrenador de la época porque éste fue a combatir contra los armenios. Una mina se cruzó en su camino y desde entonces Allahverdi Bagirov es héroe nacional. No solo por ser mártir de la patria, sino porque colaboró en la evacuación de refugiados e incluso salvó a un prisionero armenio por haber sido compañero suyo. No es raro ver su rostro en banderas de corte nacionalista en Azerbaiyán ni en las gradas del Qarabağ.


Tras un breve paso por la localidad de Quzanli, cercana a Nagorno-Karabaj, terminaron instalándose en la capital Bakú. Luego de pasar años sin pena ni gloria, reverdecieron laureles y se han convertido en quien parte el bacalao en Azerbaiyán. Han ganado las últimas cuatro ligas del país, que les quiere porque representan una región perdida en una guerra reciente, con la exaltación nacionalista que eso conlleva. Detrás del éxito innegable, se erigen dos figuras. La primera la empresa alimentaria Azersun, mecenas del equipo  y que da nombre a su pequeño y nuevo estadio, aunque en Champions jugarán en el Tofik Bakhramov (el estadio nacional que homenajea al linier más odiado en Alemania Federal). La segunda, un factor futbolístico. La presencia en el banquillo de la antigua figura de la selección azerbayana Gurban Gurbanov. El máximo goleador histórico del equipo nacional gusta del fútbol guardioliano (veremos qué hacen contra nosotros), y dirige a un equipo que,  a diferencia de lo que solemos ver en las plantillas de esa parte de Eurasia, apuesta por el talento nacional. No obstante hay excepciones, y en sus filas tienen a dos jugadores españoles: Míchel Madera y Dani Quintana (pichichi en 2015). A mí el único que me ha sonado, y ya es mucho, es el lateral albanés Agolli, porque jugó en la Eurocopa 2016. Su mejor mejor jugador histórico es el ya retirado Mushfig Huseynov, con más partidos y goles que nadie.


Tras haber disputado desde los noventa esporádicamente torneos continentales, han accedido durante tres temporadas a la fase de grupos de la Europa League. Por fin este año han logrado cumplir el sueño del país, y jugar por primera vez la mayor competición de clubes del mundo. Para ello, irónicamente, tuvieron que eliminar al Copenhague, que les infligió un global de 0-10 en la Recopa de 1999. Una historia de superación, de caballos, como dice su apodo y su emblema, que galoparon para refugiarse de un fatal destino, y que aún sueñan con volver a su lugar de origen y sobre todo con hacer historia en la Champions 2017/18. Ojito.