domingo, 17 de diciembre de 2017

Cuasi pesadilla antes de navidad

No me esperaba que hubiera pinchado el Sevilla, que perdiera el Valencia y menos aún a un Alavés con tanta personalidad y tan competitivo. Entonces surge la doble o triple ansia de ganar. De no haber conseguido los tres puntos nos habríamos tirado cabreados hasta reyes lo menos.

No carburábamos debidamente. El Alavés hacía el planteamiento que tantas veces ha hecho el Atleti de Simeone más de autor. No forzaron corners ni nada... La amenaza del empate se cernía sobre mí en el descanso mientras iba a por una cena. Algo sin embargo, me sacaba de esa zona de zozobra. Ya la habíamos cagado demasiado este año en partidos así, y esta gente venía de ganar dos partidos seguidos. Por ese razonamiento simplista pensaba que tocaba ganar y me tranquilizaba a mí mismo. Ahí me vino a la mente algo que no era una corazonada, sino más bien una reflexión ¿Y si fuera Torres? Porque el año pasado estuvo muy participativo en este mismo partido que abría la liga y porque me acordaba de un gol que había visto en youtube que le marcó al Alavés (más abajo lo pongo).

Pasaron los minutos, con más madera arriba y el tapete cada vez más inclinado hacia Pacheco. Pero qué huevos tiene el Alavés. Vaya manera de jugar sin complejos hasta el final. Supongo que será Abelardo, porque hasta hace poco iban de culo. Últimamente me entero que han echado a un entrenador cuando ese equipo juega contra nosotros, es lo que tiene ver solo noticias de fútbol que sean del Atleti.

Entonces llegó. Tras soliviantar Correa a la columna vitoriana cedió "al de últimamente" y Vrsaljko puso a ojo un balón para que "el de siempre" remachara. De similar guisa y con la misma pasión sin estridencias que hacía más de diez años le había visto en un vídeo de archivo pero con otro peso en el equipo. Lo digo siempre: gol de Torres vale doble. Y también digo que las jugadas donde Fernando hace daño de verdad son las que no tiene que pensar más que donde la va a poner, al primer toque. Me encanta que tengamos este tipo de jugadores con identidad y que encima sean útiles para el equipo como este hombre, cuyas arrugas faciales no hacen más que acentuarle la cara de Niño. Y hablando de niñatos, ¿Carrasco dónde estás?

No hay comentarios: